lunes, 26 de diciembre de 2016

LA BOHÈME

El puerto
y estrellas flotando sobre el puente,
la luna en el sueño de mi boca,
flores en la danza del viento
del suroeste,
versos de Alfonsina en mis sienes
como una pregunta continua:
¿cuándo vendrás, amor?
¿en qué desbocado mayo?
Te abriré la luz de mi respiración 
para que lleves mi aire enamorado
en las manos...

Busqué maderas impermeables,
cielos a corto plazo,
geometrías marinas de mediodía,
mariposas en los volcanes de Marte.
Y descubrí hormigas escondidas
debajo del agua
y la semilla roja de una nube encendida.


miércoles, 21 de diciembre de 2016

La ensoñación de una paloma

Vete de mi dolor
que ya cruje en mi pecho
la amapola solitaria
y todas las montañas
se hunden, planas, entre mis dedos.

Aléjate y, si queda mar,
te nombraré dormida;

amanecerá
la ensoñación de una paloma
en el iris de mi sonrisa.

martes, 20 de diciembre de 2016

Eres

Es tan celeste el mundo 
cuando te tengo en mis brazos...
cielo envolvente de naranjos 
y silenciosas lunas amarillas.

Eres un suspiro hecho realidad,
una inabarcable verdad mecida.

Cada noche, subo al sol
un mar sin orillas,
para que siempre amanezca
un abrigo de olas en tu sonrisa.

A Alicia 

sábado, 17 de diciembre de 2016

Aeropuertos


Sonreír al tacto y sentir palomas
volando entre ojos que no se miran,
pero se oyen.

¿En qué lugar aterrizan los aviones
que transportan tu beso
dividido en mil clases de azul?


¿Pueden los dedales de hierba cálida
albergar caricias
y desmontar el caos que trae
la incertidumbre del final de la tarde?


El cielo vuela en dirección contraria
a mi alma, lucha de contrarios:
mi deseo y la distancia.

Elijo esa nube para vender mis heridas
de ave solitaria.

[Yo emigré a tu boca
y perdí mi aliento
en tu palabra.

Ya no me queda
fuego en el aire,
ni paz en las plantas.]





A veces pienso en tu beso



En tu abrazo nace un siglo de amapolas,
sangre de arcoíris,
que gira en mi pulso y me eleva
a la estrella de océano
donde se desliza la luz.

A veces pienso en tu beso
y una partícula de deseo
me dobla
el escalofrío de los labios
y busco el sol
en el silencio de mi lazada abierta.

Tantas danzas en mi pensamiento
que creo volar bajo el agua...

Tu voz procede de la fruta:
mis manos acarician las semillas
que caen de tu boca,
saliva recién cortada.

¿Cuántas lágrimas derrama tu sexo
sobre el desarraigo físico de mi alma?

Ya cuento nubes dentro de las olas.

Has llegado a Marte,
templo en el que velo todas mis ausencias
como águila que sueña
con nidos de cerezas.

No podré volver
al jardín de petróleo y flores
en el que asaltaste mi último
insomnio,
pero queda mi amor intacto
en el dolor interior
de todos los árboles de la Tierra.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Benzú

El mundo es agua dentro de la luna,
una voz de estrella que calma la noche
mientras respiras en mis manos
la caricia prometida.

Yo bajo al mar
para sentir las mariposas de la orilla
y probar con los ojos el sonido de la aurora.

Guardo los viejos cafés
y las conversaciones con vistas,
por si algún día abandonamos la península
y volvemos a Benzú
a contar pájaros sobre la mezquita.

Después de todo,
el tiempo es una sonrisa,
en tus labios,
una marca de los sueños
en el transcurso de la vida.



martes, 13 de diciembre de 2016

El volcán azul de la luna

La existencia vacía su norte en tu cuello
y yo persisto en tu búsqueda, pétalo en celo.

Como nieve de estrella, quiero
el calor de las olas,
el movimiento de la naturaleza
reflejado en tu cuerpo,
la luz del mar hablándome desde tu espalda.

Salgo una vez más
al encuentro de tu beso.
Con las alas en flor
me recuesto en tu boca
y pienso con el pulso
en cada juego de la lengua.

Por fin, mi alma - y el tiempo -
reposan.

El volcán azul de la luna estalla
y todas las mareas se disuelven
en el fuego
de nuestra acrílica y nocturna danza.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Nú(nca)

Venecia se eleva esquivando las trampas del agua y del espacio; se mece en el columpio anónimo concebido para piedras orgánicas.

Es delgada la luz...

¿Cómo se ve Florencia desde allí arriba, el Puente Vecchio sin el temblor anochecido de tus labios en mis labios? ¿Por qué flotan las estrellas si mis hombros se hunden río abajo?

Siento un daño medieval en el olor quieto de mis manos. 

NÚ(nca) es el sonido universal de todas las cosas.

El cielo, calambre tranquilo y profundo, me sujeta - gravedad invertida - para que no huya mi cabeza al núcleo de la Tierra. 








domingo, 4 de diciembre de 2016

La renacida II



Soy la renacida - sirena de las lluvias - cuando me ahogas en la primavera temprana de arándanos. Aprietas tu mano contra mi mano hasta que le brotan las olas al fuego y el anochecer se sube a la luna de frutos rojos.

Recorres mis costillas con la pausa de tu boca, definiendo el relieve impreciso de planetas ocultos.

Llevas en tu rostro la imagen de mi movimiento, el caer de las cigüeñas a los nidos submarinos. Giramos con la forma semicircular de un suspiro. Gritamos a las hogueras y a los lobos amarillos.

Y nuestros espíritus liberados rodean las montañas con susurros.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Las pirámides de Marte


No existe el silencio en la curvatura de la ola, cuando la acción de la humedad despliega su tambor orgánico de espuma y savia presagiando el grito vertical de la redondeada nube llena.

Descanso en tus pieles, abrigo y flor roja para mi era de nieve.

Diciembre siempre vuelve con su ciclo de ausencia-cielo-muerte. 

Desentierro la hierba púrpura de la orilla. El sol se pone mientras pienso en tus manos (recipiente para el deseo inherente a mi realidad).

[Siento aterrizar estrellas detrás mía
Un temblor de mimbre y rosa me tambalea
Tu lengua me contagia su brasa recién encendida de agua
Ya estás dentro de mi boca
Y se me reproducen todas las concepciones posibles de mundo en los labios
Flotan sobre mi espalda tus hilos elásticos de amapola
Es de fuego el aire que te nombra en su microscópica alteración química
Sustituyes el oxígeno por un cielo de cerezos y sus afluentes verdes de enebrales]

Quizá algún día nuestros huesos también contemplen el paraíso al caer la tarde. Y las luces de la playa regresen lineales a las pirámides de Marte.



miércoles, 30 de noviembre de 2016

Vapor de un lienzo de Matisse

DANZAN uvas de lluvia en la iluminación natural de Pompeya.
Un grito de ojos verdes abandona su cueva
y se dirige al movimiento callado de las nubes.

¿En qué flor muere el mar cuando tus labios evitan el infinito?
¿El sol es un intento de huída del calor del planeta,
un refugio anegado de amarilla hiedra?

Tus manos flotan en un globo hermético de sueños.
Yo juego a que mi vida nace en la extraña voz
de tu ombligo.
Las rosas de mis hombros esperan delicada poda.
Cuento los sobresaltos de tu cintura
cada vez que te muerdo.
Olas rojas rompen aceleradas en una orilla redonda.

¿Es posible dejar huellas en alambres de arena, delgada onda que sostiene el futuro retroactivo de mi existencia?

¿Y si amanece
y tu cuello respira en mis dedos 
y la luz se vuelve volcán en la ventana abierta
y el mundo se desplaza horizontal debajo de tus pies
y yo miro el aire para atrapar espejos vacíos 
y la música del lago florecido suena en los besos del agua
y la luna se reduce a gota de sangre circulante
y la estrella fugaz por fin se posa
y una lágrima de tierra vuelve a su escondrijo
y tú me llamas amor con el sonido de tu nombre
y el universo es una fresa madura
en el que nuestros cuerpos se hunden juntos
y las algas blancas de tu latido acarician mis senos?

DANZAN rayos de algodón dentro de mi pensamiento.
Se fugan las hojas vivas a un país sin otoño
donde el suelo es crecida paz suave
y los peces suben a trepar trenzados árboles azules.

¿Tu piel es la respuesta de todas las alas,
el lugar humano al que emigran ángeles, aves y esporas?

¿Y si anochece y tu aliento
es vapor de un lienzo de Matisse
uniendo tu boca y mi boca?



domingo, 27 de noviembre de 2016

Soplo de arena íntima

Dejo caer en mi tobillo izquierdo un híbrido átomo de luz y saliva, para que me lo arranques con los dientes y respires mis huesos, como solía hacer yo en tus nudillos, cuando amanecía septiembre.

Descuelgo abrazos de la nube de siempre, la que contiene el mar en estado de flor y se mueve en los márgenes líquidos del universo.

Te busco en mis ojos: la unión de tu risa y mi párpado. 

Es tan hermosa la cuidad cuando pienso en ti y en la eternidad y la voz del tiempo es un puente hacia tus labios...

Amor, ¿me besarías con el protegido tacto de tus manos? Tus dedos podrían soñar dentro mía con encadenadas olas de mariposas blandas y yo impregnaría el símbolo azul de tus huellas existenciales con el cálido soplo de mi arena íntima.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Noche turquesa de corolas marinas

Abres mi silencio cerrado, rosa de mar
que olvida su pasado de murciélagos.

Se estremece, despacio, el cielo anidado en mi nuca
(anhelo curvado de lo tangible e inmediato).

Me agarro a tus pies para retomar mi vuelo nocturno,
dentro de volcanes sumergidos en polen volátil de pájaros.

Me deslumbra el aire iluminado por tus ojos

                [¿Cuál es la nueva unidad de medida de la luz:
                ola, brisa, rayo...?
                ¿En qué coordenada del Triángulo de las Bermudas
                desemboca el sol,
                - cascada de pétalos que desobedece
                a las leyes antiguas de la Naturaleza - ?]

Caen las kamikaces hojas de los árboles
y florece un lago en sus fértiles huellas de tierra.

Me abrazas. Aparece el último reducto de la sociedad no capitalista:
                                               tu beso;
una circunferencia de relámpagos atrapa
                                               la constante 
de tu cuerpo en mi cuerpo.

Estás en todos los sueños de mis manos.

Tu piel me eleva
a la noche turquesa de corolas marinas.

Huyo del Tiempo
subida al esperado racimo blanco de la vida.

                Amanece
                en el agua caliente
                de una estrella oscura.

Alejada de mí misma,
- materia encadenada
al oro líquido de las alturas -
miro de nuevo tus ojos

y vuelve a deslumbrarme
el hambre de la luna.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Dolor del agua





Me preguntaba cómo sería el dolor del agua...

                Una alta concentración de algas, 
                una luz que se pierde en el fondo
                del mar,
                la sensación de fin en contacto
                con la roca, la tierra, la nube.
                
                Un tornado del cielo
                hundido en olas tranquilas,
                una voz triste soplando barcos de vela,
                el horizonte partido por la mitad
                cayendo
                en un nido vacío.

Ese dolor del agua sienten mis lágrimas
cuando tus manos se ocultan en la órbita
de Júpiter y un frío de hielo transplanetario
invade mi alma.

martes, 22 de noviembre de 2016

Desorden del ocaso

Beso las líneas imaginarias de tu espalda, apretando mis piernas contra el hueco que tu silueta deja en el molde de la nada. Me enredo en tu pecho - la oscuridad es blanca - Hay flores que persiguen el inicio de tu cuerpo, la vida nocturna de tu saliva, el ser de fuego que impregna luces y sombras y círculos abiertos. Clavas tu lanza elíptica, de estrellas y corteza de árbol, en mi expansiva onda de agua.

El sol baja despacio. Cierro los ojos y veo cruzar pájaros de extremo a extremo del horizonte - desorden del ocaso - y tus labios con su sed roja de llama, traen a mi piel un lucero de perlas y un universo que vuela sin tiempo en las alas.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Eclosión

Desatas la procreación de mis voces íntimas, los lazos del tacto sobre mi piel de brisa, el escalofrío ondulado en cada una de mis partículas.

El alba busca las palmas de mis manos con la claridad de tu lengua. El cielo nos rodea con su incendiado aro. La luna se posa en mi inquietud, se mueve, me arquea, me lleva al sol en un eclipse compartido con Saturno, me lanza hacia ti, me enreda en el alto tallo de nubes floridas, me echa a volar entre luces de mediodía, me baja a la estrella durmiente, silba su calor azul sobre la ofrenda boreal de mis muslos. Y muero de espaldas a la Antártida, en la eclosión universal del origen único.

Ya no llueve alquitrán detrás de la montaña de arena malva, hambrienta de orillas. Estalla la música en las grutas que atraviesan mi cuerpo formándose infinitas y desiguales estalactitas.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Mundo-ausencia

Cae sobre mis muslos abiertos una lágrima atemporal humedeciendo el íntimo recodo de mi fuego.

¿Es libre la existencia cuando tus alas me vuelan de puntillas y yo vago como una amapola perdida entre tus brazos?

La luz se recuesta en hilos de hiedra-pentagrama. La música crea sus números y descanso en la visión prolongada de infinito, en la brisa solar y sus ráfagas celestes sobre rectangulares olas de mar.

Amor, la tarde es larga, de sonido oscuro. ¿Dónde están las águilas blancas? ¿En qué isla de qué planeta?

No sé huir de tu boca. No conozco la luna de almendros y me quedo ausente bajo los anillos derretidos de Júpiter esperando la aparición de un nuevo cometa.

Sigo sintiendo hielo en las garras, las flores hundidas -raíces de pétalos- , el humo amarillo que se eleva ante la ceguera del cielo.

Amor, la noche es larga. El violín de jazmines no llega. Se ha estancado el velo del volcán ondulado en el centro de la Tierra.

El alfabeto de tu beso se apaga. Ya han llorado las vocales en mis labios. ¿Cuántos pájaros heridos caben en un alma? Respiro. Miro el horizonte magenta. Déjame el soplo de tu caricia en mi aliento, que la vida sin ti es larga (sombra de la rosa, nieve sumergida) y voy a necesitar el eco rojo de tu pulso (mundo-ausencia) calmando el rítmico dolor de mis muñecas.

martes, 8 de noviembre de 2016

Muerte geométrica

La mariposa de fuego abandona tus labios y se sumerge en la tierra para beber el milagro del olvido (hielo y siglo).

¿Es posible encontrar la vida en la muerte geométrica de tus manos? El color hundido en la forma. El sol impermeable a las hojas caídas de la luna.

Siento el dolor rojo de tu caricia en las nubes anchas de mis muslos. La tristeza del tacto. Los volcanes de agua expulsan glóbulos de espacio y estás más lejos que nunca. La distancia ha vuelto a reinventarse en tus ojos. Mi lengua juega con la nada a recordar cómo eran los besos invisibles en mi espalda.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Adivíname




Adivíname la caricia, a qué parte de tu alma irán mis manos para tocar el mundo y sentir el origen del espacio en mis venas, fluyendo, como paloma roja que vuela en su ilimitado viaje.

Déjame en los labios el jardín blanco de la luna, para respirar la atemporalidad de las flores y ser fugaz y eterna en tu beso

[néctar de cielo, 
pequeño sol dentro de la hoja, 
vértigo líquido en el núcleo de la Tierra, 
búsqueda de la paz en las alas de un estanque].

Llévame al centro de un suspiro, que mi voz nazca del anhelo de tenerte en la mañana de aves tranquilas, junto al universo celeste de estrellas.

Y dame ese abrazo único que deshace el tiempo: divide en segundos tuyos el resto de mi vida.

I. Tu piel es de agua y yo sueño


Tu piel es de agua y yo sueño. Besas los puntos cardinales de mi espalda y me curvo hacia ti como un océano en vuelo.Tienes la saliva caliente. Tu calor se entretiene en mi cuello. Me despisto un segundo (mirando tus ojos) y cambio de universo. Allí también estás, entre mis piernas, acabándote la duna húmeda de mi desierto.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Salvaje y roja


La luz, salvaje y roja, está llena de tu lengua.

Liberas mi fuego, mi vuelo enjaulado en el aire. El sol ya juega en el centro de masas de mi cuerpo, para que ardas si me tocas. Si me piensas, renace en mi ombligo un ala de mariposa prehistórica y tiemblan mil estrellas redondas.

Se enredan flores azules alrededor de mis muñecas ¿o es el cielo posándose en las corolas vírgenes de todas mis células? Siento tu respiración.

[Proyecto en ti todas las cualidades del Hombre y eres dios subiendo a la montaña para negarse a sí mismo]. La vida es el estallido de un jardín naciente.

El sonido líquido del mar se balancea en el movimiento de mis caderas. Mi íntimo suspiro contenido se extiende contigo hasta ser volcán o meteorito.

Mis manos acarician tu espalda. Quiero abrazarte antes de emigrar al infinito. Hay pájaros fugaces encendiendo la noche de la galaxia. ¿Ves morir a Saturno detrás de ese átomo empequeñecido?

Bésame, amor mío (la distancia es tan irreal como la eternidad que sentimos). Roza mis labios con la voz única de tu alma y déjame llorar una gota de tu aliento entre mis innumerables lágrimas.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Sin ti



Mi cuerpo es un tobogán vacío, lluvia interrumpida antes de caer a la tierra, caricia atrapada. Siento tanta soledad sin tu saliva en los muslos... un movimiento de tus dedos detenido en la agonía de mi nuca, una pausa seca en la libre expansión de mi deseo. No estás y vago dentro de una burbuja de luz oscura entre la perpetuidad de las estrellas. Intento escapar y alcanzarte con las plumas caídas de mis manos. Pero el Tiempo se interpone. Es noviembre y nosotros somos la fantasía de un verano anaranjado de pájaros.

martes, 1 de noviembre de 2016

Infinito

Sucesión del amanecer y tu abrazo,
tornado de nubes dormido
en tus ojos,
amapola de viento
en la dulzura del horizonte,
danza de rosas púrpuras
en la orilla de un espejo,
voz nacida
en azul colmena submarina,
suspiro pronunciado en el pulso
de un pétalo,
relámpagos de luna encendida


y un beso de tus labios.

sábado, 29 de octubre de 2016

Primera vez






Cuando la brisa del mar respiraba en el tacto de la rosa y yo era prisionera de la lluvia y el vuelo de los pájaros se refugiaba en alas de mariposas y la luz era una línea rojiza en tus dedos y yo soñaba entre tus brazos y el sol aullaba dentro de un beso y la voz de la tierra nacía en tu espalda y la Polinesia me esperaba en tu cuello y yo era jardín húmedo estremeciéndose en el origen etéreo de tu cuerpo.

Cuando las nubes se movían como estrellas, brillo azul, fugaz a veces, y el sonido lejano del vacío también llevaba el nombre de tus ojos y las raíces del mundo crecían en un arcoiris blanco y los sueños sobrevivían en el fondo abisal de un desierto.

Cuando tú eras la acción interminable de amar y yo sólo un latido que se escondía de rodillas en tu pecho.

martes, 25 de octubre de 2016

Árbol milenario



Si tu árbol milenario echara raíces en mis alas y volasemos juntos hacia el interior de la Tierra y la luz blanca del cielo se escapase para envolver el tiempo y los hilos de la nada desaparecieran de los espejismos y tus manos me adornaran con joyas inmateriales y fuera un tesoro de flores nuevas sobre tu cuerpo...

Yo giraría
dentro del suspiro de una estrella fugaz
y equilibraría
las desigualdades del espacio
con la desesperación calmada
de las piezas de mi sexo.

lunes, 24 de octubre de 2016

Simplemente nosotros

El cielo enredado en el sol azul, contraste de seda y fuego, como el roce invisible de tu beso. Y tu mano en mi nuca, sujetándome a este lado del mundo, occidente en el pulso. Mi médula desea tu espalda, quedarse en tu mar calmado de vértebras, suspirando corales y algas. Mi cuerpo es una cuerda de luz que te rodea en su movimiento de estrella. Otros lo llaman pasión. Yo lo llamo simplemente nosotros.

domingo, 23 de octubre de 2016

Planeta imaginario

El mundo en tus labios. Te beso y siento todas las estrellas brillando y la luna sumergida en un lago afrutado. Las nubes son hojas rojizas del otoño pasado. Te miro y encuentro las luces del origen, el génesis verde en tus ojos, paraíso naciente de aves.

En tus manos, mil mariposas y un susurro de seda. Me rozas y el aire deja de ser una única piedra gigante.

Llévame a la llama que comienza al final de tu boca, en tu latido - eco de la verdad, intenso calor de esencia nocturna -.

No me dejes nunca perdida en este universo, sin ti, sin la brújula que señala a tu espalda. Moriría sola, encima de la montaña de agua a la que le pusiste mi nombre aquella madrugada de desordenadas luciérnagas.

Atraviesa el círculo de cielo rojo refugiado en el murmullo de mis piernas. Busca con tu anhelo salvaje, mi tierno destello húmedo. Invádeme con la imagen crecida de tu deseo y tu voz, siempre tu voz, deslizante en mi cuello desnudo.

Súbeme al infinito de peces para contemplar la caída de los Imperios. ¿Elegimos ahora la isla desierta donde moriremos? Si se hace tarde, abrázame. Con los ojos cerrados presentiré todas las realidades que nos esperan y el sueño colectivo de los pájaros cuando sobrevuelan el Atlántico para redescubrir América.

Quiero acariciarte. Mis dedos son canales de Venecia jugando en tu cuerpo. La presión del tacto nos hunde en una larga espiral dentro de viajes cuánticos (dolor de flores encontradas en mitad del viento calmado).

El movimiento nos hace humanos.

Trepa por todos mis núcleos, uno a uno. Son tuyos y de los cincos sentidos del horizonte. Marca mis alas con el balanceo de tu abismo.

La brisa continúa palpitando en mi ombligo, pulsión de lluvia tranquila que no renuncia a ser evaporada.

Mi piel desaparece. Ya estoy dentro de tu alma, como un suspiro que se ensancha hasta encontrar la única parada que le pertenece.

Grito. Respiro la huída de la muerte hacia el interior de las caracolas. El mar siempre nos rescata: la ola sin tiempo que avanza entre el fuego, la nada y la rosa.

En mi saliva se mezclan el definitivo descanso de tu néctar y mi continua pregunta sobre la existencia del Hombre. La espuma del vacío se aleja. Sólo queda el mundo, en tus labios. Y vuelvo a besarte, para sentir la vida evolucionada de un planeta imaginario.

sábado, 22 de octubre de 2016

Tócame ahora

No me acaricies aún, que el anhelo de ti vaya inundando mi sentido incompleto del tacto. Cierra los ojos, perdámonos juntos en la ceguera del impulso, sin prisas, con las almas tangentes al universo encerrado en un segundo. No me ates a la orilla del océano, prefiero vagar perdida en el desorden atemporal de tu beso. He contado mil estrellas calientes en tu saliva y un sol de uvas en tu lengua. ¿Son mis suspiros o son las nubes estallando en mitad del espacio que tiembla?

Tócame ahora,

que las verdades son pequeñas y el Bien un estado superior del cielo. El amor aumenta el tamaño húmedo de tu cuerpo, eres más mientras yo me empequeñezco - hormiga exploradora de la primera célula -. Los árboles se cruzan con el caudal del Amazonas, entramado existencial por el que circulan el deseo y sus pausas (intervalo ubicado entre esta vida y la otra, en el agujero intermitente de las rosas voladoras).

Tócame,

con tu mirada clara de ciempiés, reflejo de la luna en el sueño. Y súbeme a tu elegante ala para eternizar mis órbitas alrededor del tiempo.

viernes, 21 de octubre de 2016

Fauvismo



Llego y te abrazo desde atrás para sentir en mi mano el latido de tu pecho. Acaricio tu espalda con mi mejilla. Nos separa un átomo de brisa. Nos acerca un anhelo de movimiento. Me pregunto si tu aliento es azul (mar vaporizado en contacto con tu lengua), si llevas en la boca la amapola nacida en la ladera de un volcán. Sueño en un segundo la eternidad entera, a tu lado, en el nido de fuego donde surgen los besos y el tiempo es una leyenda. Te giras. Me besas. Siento la explosión húmeda de todos los colores de la naturaleza y el vuelo del sol rojo dentro de mi algodonado cristal de Murano haciéndose vidriera.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Roja abnegación

Siento amor naciendo
- parpadeo del tiempo -
en mi piel inquieta,
alas de brisa confundiéndose
con la veloz luz del viento. 

La voz del olvido, callada,
se oculta
detrás de calmadas olas rocosas.
Nebulosas de estrellas
iluminan
el movimiento azul del planeta.

Todo el mar se concentra en una gota de lluvia:
recógela en mi lengua;
un ramo de agua te espera,
- realidad o idea - 
en la roja abnegación de mi boca.

jueves, 6 de octubre de 2016

No te vayas




No te vayas,
que quiero quedarme
mil vidas en tu aliento
y respirar el plomo de rosas
tranquilo de tu pecho.

Y soñar que soy madreselva
uniendo las estrellas
para encender la verbena inmediata de tu cuerpo.

Y remar en el infinito rojo
hasta reconocer tus labios 
de imantado fuego.

Concédeme un siglo ficticio
de dos segundos mirando tus ojos,
deshacer las rocas del sol 
entre mis dedos 
para templar pétalos en tu espalda,
en tus hombros.

Y volver al mar que me espera
cada tarde dentro de tu grito.
Y darte la carnal luna invisible
que va muriendo en los rincones de tu abrazo.

No. No te vayas. Y si lo haces,
déjame reencarnarme en el oxígeno de tu sombra,
para seguir respirándote.

miércoles, 5 de octubre de 2016

La distancia trae el dolor



La distancia trae el dolor, abierto, flor de petróleo, constante onda y su lluvia circular en el interior incendiando el valor absoluto de tiempo. No estás y me subo a las primeras estrellas para esperarte en silencio, como si no pasara nada, como si el mundo no se estuviera acabando en mi alma, como si el mar fuera un organismo vivo de olas que piensan, como si ocuparas el negro vacío tras el abrazo planetario de la tarde, como si permanecieras inalterable en cada uno de los besos que te recuerdan.

jueves, 29 de septiembre de 2016

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas cuando lavabas
mi oscuridad
en el aljibe de tus labios

y nos hacíamos luz
en cada sombra

y el campo de amapolas
se rendía a nuestro paso
como abierto mar rojo

y nos tendíamos
a contar las nubes redondas
desde una esquina del espacio?

Me decías
                  te quiero
y el universo temblaba
en el comienzo
de mis sueños olvidados.

¿Te acuerdas cuando me besabas
                y el mundo
era un lago en el que se miraban
todos los pájaros de la luna
y yo sentía renacer en las manos
la eternidad de la rosa?

¿Cómo sería un encierro de tu luz en mi rosa?

¿Cómo sería un encierro de tu luz en mi rosa?
¿Qué vaivén de luna replicaría nuestro movimiento? 
¿Traerían tus manos el sonido de la aurora,
caricia etérea de lenta arena?
Yo dejaría en mis hombros las canicas del tiempo 
y tú me entregarías los segundos mojados de tu lengua.
Mi espalda se perdería en el serpenteo de tu beso.
Un planeta de deseo te diría desde mis piernas, 

                               ven, no tardes,

que quiero sentir tus suspiros en el abrazo de la carne.
Derrama los límites de tu existencia en el agua cálida
que dentro de mí te nombra mientras mis alas se abren.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Se me hace un nudo la caricia

La tarde pasa como una alameda de colgantes frutas templadas. Un aroma de luz y agua envuelve el tiempo en su búsqueda del espacio, coordenada existencial que nos delimita. Se me hace un nudo la caricia cuando pienso en ti. Y una lágrima de inquietud continua atrapa mi alma en su diminuta tela de hormiga.

Noche de luces apagadas



Derriba la verticalidad de tu mundo entre mis senos, como cascada desafiando su respectiva hoguera. El aire va de paso... Hazlo antes de que llegue la noche de luces apagadas, ésa de la que me hablabas al oído cuando nos conocimos: prehistoria de palomas negras, sudor en las alas, dolor de amapola - rojo - en la boca que no besa. Me decías


llegará la nada después de tus manos,

un hilo ancho de oscuridad
a la separación entre mar y tierra,
los fríos lugares presentidos
en la corriente de la sangre helada.


Bésame en el silencio blanco de tu grito. Soñemos que no existe el vacío y que la muerte es una plácida nube que nos lleva unidos a un muelle de estrellas.

viernes, 23 de septiembre de 2016

El mar y el envés de mi sexo


¿Es el sonido de las olas 
o es la voz de mi alma 
soñando con tu boca?

Siento en mi piel
la agonía de la distancia química.
Aparta esa galaxia y abrázame,
que tengo miedo de la vida.

Si tus manos destensan
mis enredaderas rígidas
y me haces libre,
seré galgo sobre ti
en pausada carrera
y el cielo de agua,
un puente que nos cubra.

No quiero aire,
yo unto el sol
en tu cuerpo
con los labios,
rotación y arritmia
de la intrínseca levedad húmeda.

Somos luz
en la danza.
El rojo mar
sube a nuestras bocas.
Te muestro los besos guardados.
Tu horizonte crece
dentro de mí
como un crepúsculo sediento.
Viene la profundidad 
con todas sus algas
buscando el envés de mi sexo.
Y me llevo, victoriosa,
tu herencia blanca
prendida en el aliento.

Suspiro
contigo al lado.

Miramos juntos
caer la tarde y llegar
el irremediable invierno.



jueves, 22 de septiembre de 2016

Un nido de soles



Un nido de soles asoma en tus ojos esta mañana. La vida nos espera con sus precipicios de rosas blancas. Te doy la mano para saltar juntos. Y empieza el día con tu beso de estrella clara. Siento la caída de las hojas, las nubes en su pausa menguante, hormigas dulces trepando por un árbol, la ausencia en la historia de angustiados amantes. Esta vez, tú estás cerca y la luna no es invisible en nuestro abrazo. ¿Volverás? Por si acaso, deja tu marca de existencia en mi ombligo. Y una llama, sufriendo por exceso de agua, en la yema cóncava de mi alma.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Inalcanzable



Brota nieve de lugares perdidos, serpiente blanca que ahoga mis dedos tuyos, despojados de cielos verdes y de temblor de luna; solos, están solos y mi carne de vacío me separa de las olas, alambrada de espuma que araña mis teorías.

Se mueven las estrellas de una en una, ordenadas por si miras. Cuál quieres, amor, que la escondo en tus rodillas, perfilando un movimiento distinto sobre mis ojos donde descansa tu cuerpo en esta penumbra. Y el fuego, ¿adónde lo llevo? ¿A la agonía de la rosa de tu costado? No me hables de aquella sombra que te perseguía como un viento descalzo. ¿No ves que te anhela el mundo mismo como su único astro? La madera de las nubes cruje en mi naufragio. Mi alma se estremece en tu boca hundiendo en cada beso todos los barcos.

En tus brazos no hallo altura, vuelo reptando. Mi sangre, lluvia hacia dentro explotando, montaña diluida, cadena de llanto. Asómate ¿Sigue el sol tan lejano? Entonces no salgo. Deja en la lágrima de mi almohada el calor inalcanzable de tus manos.

Amanecer de agua


Me he despertado sobresaltada y era tu lengua con su amanecer de agua rescatándome de un sueño en que no estabas.

Me inclino ante tu aliento y te beso despacio, invadiendo tu lado de la cama y de la vida.

Me subo a tu espalda para que en cada viaje tu nuca quede cerca mía. Te acaricio con las lágrimas de mis dedos y mi deseo se derrumba, se cae desde el centro del mundo y te habita.

El universo se ha quedado pequeño para mis vuelos contigo. ¿Inventamos otro? ¿Puede tener 3 lunas? Deja tus huellas. Yo sellaré tu primer paso con la frente, mi fiebre busca tus fresas en todas las realidades que existen. 

Pero no te levantes aún... Extiende tu mayor belleza en las manos y permítele a mi boca contemplar en primer plano la expansión efímera de tus rayos blancos.



martes, 20 de septiembre de 2016

El núcleo de mi feroz mariposa



Tu luz confiere forma visible a mi cuerpo,
la llama de tu nombre me envuelve
con su línea de lumbre 
y soy objeto volador identificado,
en tus labios. 

Un conjunto de circunferencias
recuerda hogueras en mi ombligo 
y atrapa tu lengua para que huyas,
de manera controlada,
hacia la flor roja que te espera flotante
a dos cuartas de mi cintura. 

En el espacio levitamos
mi ser de tierra y mi deseo de fuego,
hasta que tu boca nos alcanza 
y me convierto en agua renovada que vuela y sueña.

Tu movimiento es un espejo
en el que veo desaparecer
los signos de mortalidad de mi alma.

¿Puedes besar otra vez el núcleo de mi feroz mariposa?
Sólo tú despliegas todas sus alas. 
No me devuelvas a la quietud de la nada.
Quédate en mis lagos salvajes
borrando con tus dedos
el reflejo innecesario de la luna y sus estrellas.