martes, 28 de febrero de 2017

Recuerdos de interior

¿Cuántas veces voy a olvidarte hoy? Cada día es una hoja en blanco con tu nombre y así no puedo acumular experiencias libres. Me pesan los ojos. Serán las lágrimas de siempre y la tela de araña de los recuerdos de interior.

Si fuera una flor, te pensaría con los pétalos.

Prefiero seguir siendo humana y sentir en los dedos la caricia rota de tus labios enteros, limpios, fugaces. Qué más da. El tiempo no retrocede. Y yo pienso también en ti con la nieve roja en el pulso. El frío permanece. Las palomas del muelle hacen hormigueros en el agua. Detrás de aquel barco se aleja la estela de tu voz [y el universo que te contiene

(los besos han huído de mí para salvarse
las nubes vuelan dentro de la luna imperceptible del alba
sueñan a solas los átomos
tu voz vuelve
las líneas de mis manos te obedecen a escondidas
¿Cuánto amor dejamos en el último mar?
¿Cuánta piel mudamos en la noche de las serpientes?
El deseo es un estado naciente de mundo,
un escalofrío del sol en la Antártida
- eres tormenta de luz y yo ave desorientada - )].

Siento la lluvia horizontal en el alma. Protegeré los pájaros. Resguardaré las plantas. Me llevaré la música a un desierto sonoro de caracolas blancas. Por si mañana no vuelvo, ya sabes que estoy en el refugio indestructible de tu cuerpo y sólo tienes que decirme aquella palabra mágica.

lunes, 27 de febrero de 2017

Sobrevolabas Europa

Sobrevolabas Europa.
Yo buscaba oro en las nubes
y me hice alma pequeña
en el anhelo de tu abrazo.

He tardado en encontrarte dos eternidades y un instante.

¡Eres el delirio inagotable de mi boca!

Tu cuerpo queda cerca del sol,
- fuego blanco en mitad del espacio,
aceite de azahar que redondea
la plenitud de mis ángulos -.

Mis mejillas han vuelto a gritar en tu espalda.

La luz se marcha al interior de mis impulsos
para encender bengalas de agua con tu nombre.

El universo se da la vuelta
y tu lengua juega en mi nuca
a dibujar círculos concéntricos de calma.

Tengo la fiebre eterna de la rosa.
Recorres los tramos temblorosos
de mi esencia.

¡Es tan inmenso el mar cuando me besas
y el planeta gira mirándonos
y la voz de la luna vuelve a ser roja
y me sujeto a tu noche para huir del día!

El infinito se esconde dentro de mi suspiro
También pienso en ti cuando no me acaricias
El pasado es una lágrima
¿Cuánta vida he muerto sin ti?
¿Es cierta la verdad de tu sonrisa?

Quiero romper ya el silencio azul que me une a la nada
y ser libre (o tuya).






III. Tu voz es una caricia y yo vuelo


Tu voz es una caricia y yo vuelo
como alúa de primavera
en la ventana de tu nombre.

Llevo un canto nupcial en los dedos.
Tu cuerpo es la única causa conocida del Movimiento.
Necesito quedarme en ti,
- belleza, siglo, noche -
Sentir el aire
Volver a los orígenes
Mover a ciegas mis alas
mientras tu boca inunda mi alma
de nuevas creencias.

Tus manos en mi espalda están impulsando
células y galaxias. Sobre ti muero en otro incendio.
El caos recupera el orden.
Tu enredadera de sol es blanca y se balancea
dentro y fuera, hasta dejarme sin aliento.
Respiro estrellas en tu cuello.
Descuelgo el tiempo común de nuestra existencia.
Continúo buscando la verdad encima de tus piernas,
impaciente, sin pausa,
¿se acaba el mundo o comienza?

Giro, subo, se me rompe el pulso (la vida, el sueño)
y te entrego a ti hasta la última lágrima inquieta de mi carne.

Entre el infinito y mi vientre


Mi aliento te pertenecía en las horas del Hambre, cuando pronunciarte era una forma de saber de mí misma y el mundo se manifestaba en el aire como una partícula extendida que envolvía nuestros cuerpos abrazados. Aún no he despertado de aquel sueño:

[tu voz en la danza invisible de mi cuello,
la brisa azul entre los muslos,
el canto del cielo bajando,
la noche atrapada en un mediodía continuo
(no volverá el ruido de las sombras a las ciudades vacías,
todo será calma en flor), 
la montaña en el mar para que naveguen astros, hiedra y peces.
¿Te quedarás en mi latido, aunque se apague la vida?
Eres agua de lava que perdura.]

Tu olor vuela en mi saliva,
cierro los ojos,
suspiran estrellas fugaces dentro mía,
respiro con las manos el recuerdo exacto de tu caricia:

[fonema en la piel,
viaje al fin del tiempo,
número sobre letra jugando a descifrar la naturaleza,
nube en el pétalo,
verdad sentida en la yema de los dedos,
cruce de horizontes nacientes,
¿Volvemos al lugar de siempre, tus labios entre el infinito y mi vientre...?

Estoy al borde de tu luz,
esperándote con la inevitable contradicción
de mis rosas oscuras. 

jueves, 23 de febrero de 2017

Energía renovable

Soy gota 
esperándote
en los labios, 

como un sueño de pájaro tendido en la línea roja que une oriente y occidente. Me muevo en la horizontalidad del tiempo. Un jardín de luces pequeñas parpadea en mi pensamiento y se inicia la búsqueda de tus dedos en aquel horizonte donde se encendió por primera vez la vida instintiva del Hombre. ¿Hasta cuándo tu piel será el bálsamo de mi cuerpo? La quietud del mar acaricia mis silencios, deja pausas de su corriente en el suspiro curvado de mi cuello. 

El mundo se empequeñece detrás nuestra hasta ser una idea. Por fin me besas,

sol y nada coinciden en la misma nube, se incendia una hilera de rosas alrededor de mi boca, olas traslúcidas atrapan mariposas marinas, se desordenan frutas dentro de figuras geométricas, oigo un grito de algodón azul (la llamada del cielo, la luz superviviente de la distancia, la voz caída de un ángel) al borde de un acantilado de Albufeira, se actualizan las teorías de la física: tu calor en mi calor representa una forma diferente de energía que me transforma y me renueva.



miércoles, 22 de febrero de 2017

Entrelazamiento cuántico











Despiertas 
y se abren mis ojos. 

El día comienza con el final de tu sueño por el que vuelo. Te bajas de la cama y siento la hierba de mármol en los pies. Avanzo por el camino preestablecido en tu pensamiento. Quiero besarte. El universo se pliega un instante para acercarte. Tu beso me sujeta a la luz (permanencia del fuego en el viento de invierno). El universo ya no podrá volver a sus geometrías antiguas. Te quedarás en mí, contando suspiros rojos, viendo desaparecer desiertos en satélites recién creados, encendiendo planetas con los dedos. Ahora lo sabemos. El mundo ha sido creado para que estemos juntos y la noche no sea más que un roce apasionado de nuestros labios.

lunes, 20 de febrero de 2017

Respiro la belleza en tus labios


Respiro la belleza en tus labios, 
la oscuridad de tu cuerpo subiendo,
el beso de una muerte anterior. 
Estás en mis manos 
como un impulso eterno de pájaros. 
Tu voz sigue sonando en mi piel. 
Te soñaré en las noches cálidas de marzo. 

miércoles, 15 de febrero de 2017

II. Tu piel es de fuego y yo ardo

Tu piel es de fuego y yo ardo. 

Tu beso brilla en la noche única de lava. 
Rosa incendiada - tu lengua - 
avanza por mi espalda. 

El
infinito
hace
una 
pausa.

Tu respiración en mi cuello 
calla nombres de diosas. 

Nací en las ramas. Soy tropical, lluvia cálida. 
Tengo pies de ave y necesito 
el vuelo sagrado sobre tu cuerpo 
y la voz de tus alas para alcanzar de nuevo 
la Tierra después de un verano en otra galaxia. 

Súbeme a tu cima de soles:
quiero sentir 
la inquietud del tallo
en el agua.

martes, 14 de febrero de 2017

La última batalla

Devoro la luna;
es mi manzana, la ausencia, tus muslos, la noche...

No dejo de pensar en tu boca
El cielo continúa su senda de aurora en tu espalda
Me recuesto en las nubes de tus alas
Sueño con la forma de tus brazos
Te olvido mil veces para volver a recordarte
Recorro la oscuridad que nos separa, huella a huella
Huyo del sonido del agua
Te busco en las estrellas, entre las flores que vuelan
Y aparece tu cuerpo
como la única batalla que me queda.


Te acercas a mi boca por la espalda











Te acercas a mi boca por la espalda.
Continúa la luz del caos sobre mis hombros,
la pulsión de mar llevándome
hacia el calor de tus manos
en un silencio húmedo del alba.

Aún quedan estrellas que salvar
entre tu cuerpo y mi lengua.



Mi deseo



Construyo de nuevo el aire con los átomos de tu aliento. ¿La tarde es el aposento de tus labios, la huella de luz donde desaparece el tiempo?

Tu cuerpo vuelve a ser línea que me sujeta a un punto de azahar en el espacio. Giro con tus manos en mi espalda y una gota de saliva detiene su música entre tu boca y mi alma.

Desátame un momento de tus párpados, que necesito contemplar la caída de tu vaho sobre mi piel mojada. El aroma blanco de la vida contiene toda mi agua.

Las flores también viajan a la luna. En la orilla de otro planeta están naciendo estrellas con el nombre de tus ojos.

Mi deseo es una montaña que toca el sol y te pronuncia, desde arriba, como una voz azul que perfila el horizonte rojo.

lunes, 13 de febrero de 2017

Pannacotta de queso y frambuesa


Me envuelves de nubes (las olas están lejos). Cien castillos de nieve se derrumban en tu boca. ¿Cuántos kilómetros de cielo nos corresponden ahora que nos miramos a los ojos y el tiempo ha pasado en un segundo? La vida es un verano, en tus labios.

Se cruzan todas las ciudades en esta planta 13: la parada de taxi de la Fontana de Trevi, el vértigo en el suelo de la Capilla Sixtina, los pequeños canales de Aveiro, aquel concierto de fado junto al Tajo, el edificio Dakota, Lisboa en el año 99.

Pasan los coches y los jardines. 

Siento la levedad de la hormiga. Eres hombre-luciérnaga iluminando mis pies en la noche.

I love jazz. La música se entretiene en tu voz. Las hojas vuelan dentro de mi alma. ¿Es amor o brisa? Miento cuando digo que miento.

Mantenemos el pacto de la carne, la luz única después de toda sombra corporal.

Mis manos han vuelto a desnudarse bajo tu sonrisa y asaltan las hogueras del futuro, caricia a caricia.







Molino de agua


Me pierdo en la intuición de tu voz (el bosque azul y sus mareas). Tus labios se entreabren. Tu beso vendrá luego y me subiré a la luz cobriza que lanza el Río Tinto a Marte. ¿Cuánto amor llevas en la yema de tus dedos? Tu caricia es un molino de agua que mueve mis alas y yo vuelo una vez más sobre tu cuerpo sujetándome en silencio al calor de las estrellas.

[Has dejado tantas veces el roce del infinito en mi cuello... No se me da bien volver a lo cotidiano después de un poema. (La vida es una llave que nunca uso del todo. Tengo miedo cuando la noche es el instante previo al olvido definitivo)].

Sigo en ti, creando laberintos. Si no encuentro la salida, ¿te quedarás conmigo?. Abrázame como si me salvaras de mí misma

(persigue mi piel con tu olor, 
hazme parte del universo:
la gravedad está de nuestro lado,
tus ojos caen ya sobre mis sentidos. 
Pisamos la hierba mojada.
¿Qué hacemos ahora con el alma
y las manos húmedas?)

y aprieta tu boca contra mi espalda cuando se decida tu gemido.

domingo, 12 de febrero de 2017

Un café en la luna



Me querías efímera,
mis labios gritándote 
los segundos incendiados,
el silencio escondido 
detrás del deseo.


Me querías encima, 
formulando teorías del movimiento, 
los pies en el suelo,
tu boca en la mía 
olvidando las estrellas y el tiempo. 



- El cielo es un latido de tu pecho en mi lengua. No va a acabarse el mundo... Acabo de abrir una nube y tu nombre va en la lluvia. 

- Bésame otra vez para que sólo quede vapor de alas entre tu cuerpo y mi cuerpo. ¿Me llamarás mañana, cuando la vida sea un recuerdo? Lo sé. Nunca dices te quiero y tienes miedo de herirme la prisión del alma. Bueno, llámame si quieres y al menos nos tomamos un café en la luna.


sábado, 11 de febrero de 2017

CUÁNDO VENDRÁS, AMOR

¿Cuándo vendrás, amor?

Te espero con un rubor de cielo en las mejillas. En tu ausencia van cayendo nubes y se está acabando el azul claro para que volemos juntos.

Es tan larga esta espera que le hago nudos al infinito y cuento universos en el fondo de mis lágrimas.

¿Vendrás con la primavera, deshaciendo la nieve de mis alas árticas?

No puedo estar sin ti, mi cuerpo es un sótano de peces, un laberinto para libélulas desorientadas. Y se me queda el mundo estrecho para abarcar el sueño de mi pulso: tú, tu boca, el atardecer en tu pecho callando el incendio de mis labios en pausa.

¿Cabe el sol entero en un suspiro mío?

Te encuentro en cada antorcha encendida. ¡Llévate la noche! ¡Trae tus pies a la inmediatez de mis huellas inmóviles! Renuncio a las amapolas etéreas. Mi deseo se mide ahora en el llanto de mis dedos pensando en la forma única de tus manos.

Eres presencia aún estando en la distancia. Me persigues los hombros con tu mordedura blanca. Y soy gota de aire que se desliza por el principio incontenible de una llama.

Tu voz perdura en el silencio y en el mar. Se balancean despacio tus palabras, como luciérnagas calladas sobre cerezos en rama.

Subo la interminable escalera de la ausencia hasta descansar de mis preguntas más allá de esta galaxia.

¿Vendrás en el milenio de lunas rojas?

Seré para el viento una hoja enamorada. Girarán cien estrellas en mi espalda y bajará por mis muslos la verbena de un jardín en calma.

Estaré entre tus brazos. Miraré tus ojos. Te llamaré amor. Nacerá un planeta de rosas. Música de círculos y rectas envolverá la unión floral de nuestras almas. Vaciarás toda tu luz sobre mi nombre. Llegará, por fin, el alba.


PRIMER PREMIO DEL VI CERTAMEN CARTAS DE AMOR "RAFAEL MONTESINOS"
Asociación poética L'Almazara

jueves, 9 de febrero de 2017

Es la ausencia lo que suena y no la noche



Es la ausencia lo que suena y no la noche cuando el sol bucea en el horizonte. La belleza es subjetiva y dura mientras amas. Entonces era verdad la eternidad... y en mis manos vuela la estrella que nos dejó tumbados junto al mar. Sobrevivíamos a las caricias, el tacto también es dolor si no me miras y tus labios no suben a mi alma: está ahí arriba, velando tu risa con los dedos.

Mi amor, cuántas preguntas se nos han quedado por el camino... La Tierra ha girado una rotación menos desde que te has ido. Si no vuelven los años bisiestos, es que también te has llevado febrero.


Flor de uvas entre los muslos

Desnudo tu mar, siempre pensé que le sobraba la falda y esa cinta estúpida en el cuello para sujetar olas (y peces). Me desnudo yo, dejándome sólo una flor de uvas entre los muslos por si rodamos una sobre otra, contándonos las luces de las manos.

Vuelco mi voz entera en una lágrima. El sol creciente rapta mis hombros para traerme de ti hasta el último puerto.

(Me he doblado mil veces delante de tu cuerpo, recolectando tus señales de amor una a una con la boca).

Me hago libre en la liturgia del agua, mi piel se vuelve redonda para caber en tu tacto. Ya sólo respiro el oxígeno de la mariposa. Juego al origen de la vida en tus labios. La desesperación de la supervivencia y el fuego en los ojos al mirarte en un silencio cerrado, ese círculo que reúne sombras y pérdidas. Las verdades absolutas se quedaron en el siglo pasado.

Estás hermosa, así, besándome con tu abrazo. ¿Y si ya no entiendo la vida sin tus interpretaciones? ¿Y si empieza el día y no estás? ¿Y si el mundo se gira y queda oculto en mi espalda como otro tatuaje?

Deja tus rosas en mis pecados. Al menos no sentiremos soledad mientras los recuerdos se van alejando.

Respirando bajo el agua


Nos abrazábamos, respirando bajo el agua. Me enseñaste a sacar partido al deshielo de la piel, a mirar  hacia arriba por si una estrella caía cerca de las olas. El mar es mi escudo, me lo echo a la espalda y me persigue junto a mi sombra, vacía de frutas y escaleras. [No sé adónde iremos. Quizá a los puentes de Venecia a ver inundarse el cielo y gritar ¡amor! en las panaderías de las afueras. Hay noches que contemplo tu cuerpo al borde del Gran Canal y me imagino tus labios azulando una primavera vertical en mis piernas]. Te he querido tanto que mi alma es un lamento de las hojas, el viento lleva mi dolor abierto, la certeza se vuelve interrogante, la noche es otra mentira con luna y poco más. Tú me encendiste el mundo. Después lo apagaste en una maceta pequeña para que no lo encontrara y los jardines sobraran en las nubes. Tu boca es un imán.  Amarte, la consecuencia.

martes, 7 de febrero de 2017

Cuando el sol te descubra algún día en mi ombligo



Cuando el sol te descubra algún día en mi ombligo y te pregunte por qué y tú le expliques que se trata de un calor distinto (sal ardiendo, tiempo que muere dentro del espacio), que honras a la curva del horizonte entre mis piernas y me buscas en la plata sumergida del mar, como un alga indisoluble de tu cuerpo.

Que confiero una luz extraña a tus ojos, que nunca miento con los suspiros de mi alma en danza, que soy tan tuya que mi cama me desplaza a la noche de al lado para no ver tu nombre, rojo, en mi boca despierta.

Que una vez fui luna y nueve planetas crecían entre mis senos, que la lluvia se evapora en mi nuca después de tus besos, que mi columna se arquea en el sudor de tu espalda y que no puedes moverme de ti porque giramos juntos en el mismo pronombre.

Por debajo de la puerta

Tengo miedo a tu caricia, al mundo inventado que dejas por debajo de mi puerta. Mi suspiro siempre vuela más allá del tiempo, cuando el sol se aleja y viene callándose la noche. Llegas con el abismo como cualidad (ser de fuego constante, amor expandido en los dedos). Sabrás que soy eterna sobre ti, ala que se rompe en contacto con tu beso. Me curvo ante tu boca, pieza desvalida del universo. Toma mis secretos en tu lengua. Mi voz reclama ya los lirios blancos de tu deseo. Quiero asomarme al mar y verte. Las olas arden cuando sueño y te veo. ¿Cuántas luces traen tus manos a mi sexo? No tardes, te espero en el aire para respirar tu cuerpo.

domingo, 5 de febrero de 2017

En el velo de tu lengua

Hallo la única verdad
en el velo de tu lengua,
rezo desordenado,
calor, silencio de agua,
costumbre soñada por mi boca.

Y si me abrazas,
tiembla hasta la flor más escondida
en el núcleo de la Tierra.

sábado, 4 de febrero de 2017

Serpiente vs Sirena

La serpiente sube por tus tobillos con la lentitud del amanecer, te recorre, busca lugares sagrados donde se oyen latidos, te abraza con el aire para que sientas el mediodía en la carne (el sol en lo más alto), desequilibra tu alma con la lengua, te llama por otros nombres que sólo conocen tus manos, se estira en la tierra para recibir tu peso celeste. Es la fiebre de la piel en movimiento, una onda de locura en la imaginación, la mentira hecha hembra a medida, una espada clavada en el costado para saber que sigues existiendo y resistes al paso del tiempo y a las flores violetas de la memoria. Una luz que se vuelve oscura en contacto con tus creencias.


La sirena se anuda en el centro de tu cuerpo con la suavidad del mar y a veces se da la vuelta para mirarte con la saliva. Se balancea y nunca sabes adónde irán sus dedos, recoge conchas para recuperar la forma humana y sentir en los pies el calor de tus vértebras, te habla de amor cuando estás dentro de ella, vuela en tu piel como un pequeño árbol, dulcifica cualquier rencor sentido, descuelga el sol siempre que lo necesitas, te espera en la montaña clara de la noche para besarte, te dice cuánto te quiere mientras hunde sus uñas en tu deseo. Y nunca puedes olvidar su nombre.

viernes, 3 de febrero de 2017

He muerto tantas veces en esta ausencia...


Mi dolor desemboca en ti, lágrima a lágrima y por mucho que intento huir, vuelves intacto de los jardines de música y agua donde veíamos pasar la nada. No nos importaba el mundo. Tu mano soportaba mi idea de amor eterno y sobrevivía a mis preguntas retóricas. ¿Dónde estarás en septiembre, amor? ¿Qué sol de mediodía acariciará tu cabello? 

He muerto tantas veces en esta ausencia... Es viernes y quizá una primavera lo cambie todo, excepto el recuerdo de tu voz en mi piel desnuda, que como un átomo sin tiempo sigue clavada en mi nuca. La lámpara y yo, te soñaremos esta noche. Habrá una fantasía de beso y luz (lo fugaz en tu boca, es mi para-siempre). 

Nunca te he esperado tanto como ahora que es demasiado tarde y ya has emigrado al olvido en tu propia burbuja mecánica.

Serpiente o sirena


A una hora-luz de distancia, donde el cielo se hace agua de mar: allí te espero, serpiente o sirena, tú decides la forma en la que volaré sobre ti durante el descenso de tu cuerpo. Llévate mis alas dentro de tu sexo y atraviesa hasta el aire que respiro. No dejes ningún punto de mi piel sin un beso tuyo. Recórreme las flores que me hacen estrella. Aprisiona mi soledad abierta (y mis muslos) contra la pared. Mece las olas bajo mi ombligo. No olvides traer toda la brisa en la lengua.

Seremos un giro azul del tiempo. Los astros contemplarán los movimientos de nuestro brillo. Volverá la inquietud de las mariposas a mi pulso. Me saldré del mundo para gritar tu nombre a solas. Después me quedaré contigo en voz baja para que no se despierten los planetas. Callaré de nuevo en tu oído mis interminables suspiros. Tu noche jugará siempre en mis manos. Contendré mil mareas en la garganta (el escalofrío de la luna) cuando piense en ti. Cerraré los ojos con tus pestañas. Soñaré el único sueño de tenerte. Te querré después de la vida, cuando todas las luces tengan el sonido rojo de tus labios y la eternidad sólo sea un segundo en el que te beso despacio.

jueves, 2 de febrero de 2017

El olvido es una teoría pasada de moda


Hablábamos de los límites de la oscuridad y estaban en tu sombra, tu marcha, el después, la distancia. Vago incompleta -alga hembra- cuestionando la ola y la calma. Y en mitad del océano, tu boca, único dolor de mi alma. Y sin embargo, eres ángel: traes la luz al bosque. 

La tarde avanza sin aire. El vacío tiene aroma a nube rota sobre la soledad. Ya no jugamos al dominó de suspiros. Primero tú, que yo sigo sobrevolando el siglo XIX después de tu beso. Pero no me dejabas ir, en tus brazos formabas islas para todos mis naufragios. Quiero traerte otro racimo de luces violetas para el centro de la mesa, un universo de fuego más para sentirnos, un bucle de luceros y roces. Ahora sigue en mi espalda. Dejé una piedra con tu voz. 

¿Lo ves? El olvido es una teoría pasada de moda. Yo te quiero. El sol, cariño, nos persigue (el lazo de tu cuerpo y mis excentricidades). Quizá el frío sea parte de otro planeta. ¿Me besas con todas tus hormigas? Voy a desmayarme, tu aliento me hunde en una fuente sufriente de rosas. Me agarro al hilo que queda entre las lunas menguantes. Te nombro mil veces con el pulso. ¿Para qué quiero las horas si no vas a abrazarme? Quédate a mi lado, para respirar juntos en las noches de ausencia.


Tu voz es una puerta




Sigo con la madeja encendida de lágrimas en las manos, sin saber qué hacer. ¿Cómo se recicla el dolor de no tenerte? Tu voz es una puerta (instante en la estrella, coordenadas en el pronombre). Sujetas en tus brazos todos mis instintos inconexos: la ducha vacía, contigo; el universo moviendo sus flores en mi regazo; la tarde en una botella; el hambre del sol.

Los cerezos me visitan cada noche para que te sueñe. ¿Es posible olvidarte si el mundo es cuadrado y yo pienso en ti en cada rincón, puente o nube? Siento en mi mano la caricia de tus párpados. Siempre escondías tu luz en alguna isla secreta. Y mi deseo moría amando en el intento de búsqueda. 

La vida también se convertirá en mariposa. Todo sucede detrás mía si cierro los ojos y pienso en tu boca devorando los pájaros de mi cuerpo. Oirás mi canto. Será tu nombre atado a mi lengua. 

El tiempo deja de ser un lugar donde amarte



¿Cuánta noche azul de cielo se ha quedado atrapada entre las olas frías? El mar intenta ordenarse a sí mismo: fondo-almendro-orilla-amapola (...), pero es imposible: tu recuerdo ovilla el mundo y el futuro se queda dentro.

El tiempo deja de ser un lugar donde amarte, esa reserva natural para el eterno vuelo de mis manos. 

¿Por qué se marchó la Tierra entera detrás de tu último abrazo, saliéndose de la órbita de mi latido?

Yo no busco tu boca, es que nunca me fui de tu beso.

© Laura Villanueva Guerrero

miércoles, 1 de febrero de 2017

Echar de menos es


Echar de menos es 
perseguir avispas, 
contar estrellas cuando despierto, 
llevar montañas al mar 
para que no se vean las olas, 
olvidar el abecedario 
y hablar de memoria, 
mirar al cielo continuamente 
para sujetar las nubes con los ojos, 
detener el aire, 
respirar de puntillas, 
separar el mundo en dos 
una y otra vez, 
regresar al infinito con las manos atadas. 

Quererte. 

Ser una línea más de la ausencia 
mientras la soledad domina todas las selvas.