jueves, 30 de marzo de 2017

En el vaho de tus labios




Me balanceo en el vaho de tus labios. Te miro a los ojos para descubrir mi propio ser como una luz nocturna que grita y huye. En cada giro del aire mi voz es una súplica. Vuelvo a la era de la serpiente y trepo por la causa dinámica de tu deseo. 

El duelo de la existencia: el amanecer o yo. Y eliges mi espalda para morir de nuevo.

Busco en tu cuerpo las flores abiertas de mi instinto. Soy hoja desnuda mecida por la penumbra y el viento. Me rozas los límites, en este tiempo sin dioses ni demiurgos.

Atravieso el volcán anclado en la luna - sueño y fuego -. La noche lleva la hoguera en la sangre. No hay vida después del sentimiento.

Te conviertes en un haz de esencia líquida y contraigo una deuda eterna con el mar. ¿Cuántas olas me hablarán de ti? ¿Hacia qué orillas peregrinará mi boca para entender el espacio con ausencia infinita?

Noches de lluvia, días de mar




Ordeno tus latidos de mayor a menor
y me dejo llevar
por el sonido invisible de tu vida.

He soñado tanto
para llegar hasta tus brazos
(las noches de lluvia, los días de mar).
Ahora me envuelves
con el calor tembloroso de tu voz.
Respiro en tu piel
los lagos florecidos.
Le susurras a mi cuerpo
de porcelana
(la fragilidad de la entrega,
la finalidad de la llama).
Si me rompes,
oirás tantos suspiros...
y una pintura rupestre
de tus ojos
tragándose mi ombligo.

domingo, 26 de marzo de 2017

Sin interferencias


La voz elástica del espacio me apresa y me lleva hasta ti para un baile de nuevos abrazos. 

Se vacía el tiempo, de la rabia de la ausencía. 

Todo es magia cuando me acaricias el cuello con tu susurro secreto de pájaros. Nacen margaritas en mis manos y me envuelven aromas de mundo, verdad y dulces pétalos. Desnúdate en mis labios. El universo es sólo una ola pequeña que nos contempla desde el océano. Háblame al oído de la continuidad de la luz y arráncame la sombra. Quiero sentir todo el peso de tu amor sobre mi, sin interferencias.

Me besas la espalda



Me besas la espalda y detenemos la lluvia. Traes en los labios el origen del agua. Contemplo la ceremonia del abrazo: tú y yo, y en medio un océano desconocido de voces. El caudal de la vida nos recorre y nos entregamos a la incertidumbre de los cuerpos. ¿Eres tan mío como te siento? Quédate respirando alrededor de mis suspiros. Los aceites rojos del aire nos rodean en círculo. Me arrodillo para saborear tu nombre. Un viaje sagrado hacia la luz se macera dentro de mi boca. Bajan las estrellas. Sube, despacio, la noche.

sábado, 25 de marzo de 2017

Precipicio azul de caracolas fugaces


A veces lloro y es tu recuerdo que intenta ver el mar. Todavía duermo bajo la estrella violeta que encendió mil besos y una llaga.

Fue tan injusta aquella despedida antes de tiempo.

Cuando la noche pierde gravedad, imagino que vuelves y apoyas tu voz en mi espalda. Los números del cielo son pares y tienen nubes.

Nunca es tarde. Todas las horas de mi cuerpo se agolpan en nuestro precipicio azul de caracolas fugaces.

viernes, 24 de marzo de 2017

Nos encerramos en el otro



Nos encerramos en el otro
como si no hubiera nada más,
sólo piel memorizado danzas.

Este silencio de mundo
se ha llevado el frío. Ven
y sueña un largo abrazo conmigo.

El mar nos está respirando...
¡Llevas tanto fuego en las manos!
¿Qué voy a hacer ahora
con este deseo desesperado?

Rompo todos los lazos,
incendio mi soledad apasionada
y me someto a ti
en cuerpo, galope y alma.

Dos instantes suicidas




No quiero más materia que tu aire, desovillar la Historia, amarte así con la luz pausada de mis labios.

La paz del agua, 
el viento calmándose, 
los pájaros,
tu voz contando astros...

Los dos sabemos el final: un mundo de esporas se agrandará entre mis ojos y tu cuerpo (el jardín de la distancia, el dolor blanco, la soledad). Seremos dos instantes suicidas corriendo hacia el mar.

Espérame en la orilla - no podré estar sin ti -  y concédeme la última caricia. 

Mi aliento


  Mi aliento en tu piel como un sollozo inevitable del deseo. 

He pensado en ti, dentro de la bañera, con la noche cayendo a gotas entre mis piernas. Tienes la voz templada. Es tan suave el tiempo entre los racimos de tu cuerpo... Subo por tus senos con mis párpados vírgenes. La primera vez de tu sonrisa en mi espalda retiene el universo, pausa de marzo, brisa de almendro. Eres nube de luz sobre la que extiendo todos mis anhelos. 

En tu mano continúa creciendo la luna... 

Tu boca envuelve el aire que respiro. Ahora que me arrastro y sueño, soy pájaro nómada. Voy y vengo de la Tierra para acariciar tu ombligo. ¿Cuándo abandonaste el cielo donde nacen los suspiros? Un soplo rojo de volcán invade mi alma. El mar en estado de fuego me eleva hacia ti. Navego. Estrellas. Olas. Y no hay suficiente lava para calmar la sed que siento en los dedos.

miércoles, 22 de marzo de 2017

En la celda abierta de la espera


Han florecido las ramas del cielo y vuelven los pájaros de entonces. 

La promesa inmutable de tu mano (la caricia)
El aire de estrellas rojas
El sol girando dentro de un jardín calmado
El calor de los pétalos (rocío o lágrima)
El presagio del mar, 
la verdad de las olas sobre el mundo que cambia.

El tiempo se acaba, pero no la tarde (la eternidad de tu palabra).Tu beso es una tregua de la evolución. Me quedo en ti. No quiero ver cómo avanza el siglo, los viajes de fin de semana a la luna, los parques acuáticos en las nubes. 

Las hojas siempre caen y yo necesito abrazarte y sentir contigo el transcurso lento de las horas.

Llegará la ausencia,
la herida del vacío,
la sangre oscura de la noche,
tú en otro cuerpo
y yo atrapada en el amor sentido,
en la desesperación del olvido,
en la celda abierta de la espera.

Una nueva vida

Tu voz en mi voz, como un rugido del tiempo


Tiembla el espacio entre tus ojos y mi cuello.
Te he buscado tanto... 
¿En qué latido estaba tu pecho? 
Miré dos veces dentro de las nubes.
Te imaginaba etéreo, con un pequeño nido en el sol:

tu fuego,
la noche tomando aire en tu espalda,
el cielo doblado con tu respiración dentro. 

Quise probar las alas del mar
y sólo fuí un lugar desierto. 

Hay vuelos eternos.
En tus brazos acaba mi llanto y nace el recuerdo. 
Estás en el origen de mi pensamiento:

luz de cada idea, sombra del viaje.

Nunca he sido tan honesto como ahora, 
frente a tu cuerpo desnudo, 
con todos los miedos en las manos 
y mi alma soñando
con empezar una nueva vida
en tu lengua.

domingo, 19 de marzo de 2017

Una flor roja junto al mar



Hay una flor roja junto al mar que sujeta tus labios a mi nombre.

Te he esperado en tantos abrazos... la vida, Cardiff, voces entre los dedos como un prolongado rezo de la carne, cielos escritos con la verdad de tus ojos, el bálsamo de tu beso que comprende mis contradicciones. ¿El blanco y el negro no son visiones complementarias de una misma idea?

Con el sabor del café aún en la boca, me rozas. Amanece con niebla. Menos mal que siempre me quedan los pájaros de tu sonrisa para retomar la existencia.

viernes, 17 de marzo de 2017

Respiras justo encima de mi latido




Me das el sol 
(mi boca es el ocaso)
y suavizo con los labios
el borde del océano.

Sin límites,
me entrego 
a este largo vuelo de pájaros.

Respiras
justo encima de mi latido.

El movimiento de tu cuerpo
silencia las flores de la tarde
y entre nosotros sólo se oye
el sonido del tacto
y mi aliento golpeando con los pies
el comienzo de un escalofrío.

Y acariciarte...




Y acariciarte...
como si fueras un mar
que recorro lentamente
con los ojos.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Humanos


Se acaba la luz y detrás vamos nosotros con piedras en el paladar. El cielo se está derrumbando y hoy, por fin, tengo los ojos azules. Siento en mi mano el dolor de todos los vuelos. Tu beso se quedó agonizando en el nido anónimo de mi pecho. Ahora conozco la respiración pura (vacía) de tu saliva. Si me llevas a un tejado de Oporto, prometo ser de nuevo aquella mariposa que te mordía los dedos para comprobar si aún éramos humanos.

Muere conmigo



Llámame "amor" y muere conmigo.
Detrás del tiempo
suena tu voz desgajada
en sílabas de agua.
Sabes que tu lengua
es la referencia absoluta de mi alma,
me muestra el mar
y un sol que brilla en lo más alto.

Siempre que me besas llega el verano:

soy un lazo de fuego
sobre tu cuerpo,
mirando tus ojos
con el vaivén del universo en las manos,
hasta que me alcanza la mañana vaporizada de tu deseo
y mi luz universal se deshace entre tus brazos.

En el Sur

A Inma y Momo Bousfiha. El destino no tiene fronteras.


La vida hizo una pausa y encontré tu voz, allí en el Sur. A veces parece que esté en la ciudad, pero como un pájaro sin patria, emigro a tu continente. Tú me esperas con las frutas caídas del sol y jugamos a ponerle color al Tiempo. Marzo es verde manzana. En tus labios nace agosto.

Calmas el vértigo del mundo con tu luz...

El mar hace una pausa - El Estrecho, a su paso por mi alma - y te beso. ¡Deja que las olas se lleven esta maldita ausencia de agua! Y busca todas tus muertes enlazado a mi espalda.

martes, 14 de marzo de 2017

El descanso de las estrellas



Con tu voz cerca
siento el descanso de las estrellas, 
un tallo pausado de flor en vuelo 
que me balancea entre las horas.

Has anidado en mi boca


Has anidado en mi boca con todas las luces del otoño. La voz tranquila de tu abrazo me despierta. Lejos de mí sucede el mundo y tú permaneces en mi alma como un pájaro de estrella. Echaré de menos tus besos los segundos del día en que no te piense. Te llevaré en las manos al mar de siempre, para olvidar los lugares en los que nunca estaremos. Mis labios perseguirán tu espalda  (lámina de calor y luna a la espera de mi tacto). Déjame volar de nuevo contigo. Esa nube es perfecta para las posturas que imagino. Vuelca en mí el fuego de la brisa. Atrapemos los espíritus de la noche dentro de los cuerpos. ¿Cómo no voy a quererte, si cada anhelo de mi piel te contiene? Quizá el tiempo pase y seamos un recuerdo. No lo sé, pero ahora eres universo de aire en mi gesto. Me duermo con tu sueño y en mi sueño te espero.

Flor de melocotón de Calanda

A Ramón y Elo. También nacen mundos reales de una fotografía.


La primavera silvestre piensa y se expande en el fuego invisible de la tarde. Hay un látigo de espera en mi garganta. Mis labios han dejado de pronunciar pérdidas y huidas. Ahora pertenezco a la desesperación del sol. Llevo en los ojos un nuevo calor de corolas amarillas.

Un recuerdo salvaje de mar inunda raíces y tierra. Encontrarás mi amor en todas las estrellas de Júpiter. El tiempo se divide en abrazos largos o muy largos. Las cicatrices se han evaporado en contacto con la luna.

Se dobla el aire y tú te recuestas en su ángulo de cien grados para que yo te siga con los ojos cerrados. Me gusta mucho más tu lado del mundo, no existe el dolor, tan sólo ese látigo en la garganta, cuando respiro encima tuya y se desintegra la distancia.

lunes, 13 de marzo de 2017

Vuelves a estar en mi lágrima de rosa incendiada


Vuelves a estar en mi lágrima de rosa incendiada, ardiendo, en mis ojos.

Nos ha perseguido el calor del universo hasta aquí, hasta esta muerte de azahar: tu cuerpo inventando aromas en mi cuerpo.

Mi pulso vibra, como una nube de hormigas, con el roce de tu aliento. Esta brisa de amor que mueve las ramas del mundo y la quietud de las cosas.

Te abrazo con la luna en la boca. Y apago la brújula, para que mi lengua pernocte en tu lengua.

¿Ya es verano? Tu insistencia permanece cálida en las marcas de mis caderas. Has liberado al mar de su jaula blanca.

Pósate, amor, otra vez, en mi estrella azul y háblame de esa lámpara que siempre dejas encendida para que el horizonte no se quede atrapado a oscuras en mitad de nuestro movimiento.

sábado, 11 de marzo de 2017

Abríamos la luz


Abríamos la luz 
para ver cuántas estrellas iban dentro. 
El cielo
era el espacio protegido del beso: 
volaban labios, puentes y aquella montaña 
donde solía ponerse el sol antiguo.

Si te vas ahora,
llévate contigo la distancia.

Los árboles no viajan, 
su dolor se consume 
en la rigidez oscura de las ramas. 
La incertidumbre es otra desviación
de la esperanza.

Si te vas, 
cómo salvaré los abrazos sagrados,
a quién le haré mis preguntas de madrugada.

Siento el aleteo del sol en la cintura


Siento el aleteo del sol en la cintura,
la brisa de un calor que suspira. 
Me curvo.
Y nace en mi nuca una mariposa celeste
por el anhelo omnívoro de tu beso.

El mundo es tan pequeño
que va desapareciendo 
en la onda callada del tiempo.

Besas despacio... 
como si quisieras atrapar el silencio
y volcarlo sobre la humedad
de mi existencia en vuelo.

Soy fugaz en tus ojos,
pero no en tu memoria.

¿Cuántas veces he tomado la parte por el todo
y me he consagrado a tu lengua?

Contigo
me he olvidado de las civilizaciones y los átomos. 
Todo me resulta ajeno:
el roce oscuro de la lluvia,
la piedra que sueña con la levedad de la rosa.

Vas sedimentando minutos de luz
alrededor de mi ombligo.
El amor es un ciclo:
empieza y termina en el mismo latido.

Has anidado, como hormiga de agua, en mi cuello
y susurras nubes y ordenas innumerables luceros. 
Me clavas tu idea de mar tan dentro...
Nuestra danza huye del horizonte 
(la realidad física del cielo).
La naturaleza sigue escondida entre mi sombra y tu cuerpo.

jueves, 9 de marzo de 2017

La belleza del instante


Mi piel entera anda respirándote (grito de agua), enredada a la luna, para soñarte incluso de día, cuando las sirenas guardan sus tesoros de algas en cualquier orilla.  

En tus labios he comprendido la belleza del instante, aunque en tu espalda soy una huella eterna que tiembla. El cielo va dejando sus frutas entre mis muslos. Siento detenerse el tiempo en una lágrima de deseo infinito. ¿Y si volamos juntos y me enseñas los cruces de camino de toda la galaxia? Aún es temprano. Amanecerá mañana. En mis hombros sobreviven la sombra exacta de tu luz y las ganas. Un mundo de suaves hojas se balancea en mis dedos. Quizá la vida sea una línea trazada entre tu cuerpo y mi alma. Se acaba el invierno y yo busco desesperadamente el sonido de tu caricia blanca.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Llévame a la primavera


Llévame a la primavera. ¿Podré respirar si no sigues a mi lado? Ya he sentido en la piel la marcha de tus manos, la habitación vacía, la luz bajando por la pared como una sombra que muere. El invierno vuelve a ser humo de nieve que lo envuelve todo y deja mis ojos sin vistas al mar. ¿Dónde estarás cuando las nubes canten himnos en mi ventana y el sol se deshaga en cicatrices de agua? El dolor no existe cuando las flores brotan en el espacio arbolado. Abrázame, pero que no nos oiga el tiempo, que quiere atraparnos en su terrenal descenso. Y déjame en mi estrella fugaz soñándote.

Pergamino de lluvia


Soy un pergamino de lluvia entre tus brazos.
Debajo de tu camisa, todo es oro.
Vuelvo a respirar 
con mi mano en tu espalda
y tu pecho latiendo en mi mejilla.
Le hago mil preguntas al sentido del tacto: 
¿qué queda de la noche en el amanecer de tu sonrisa? 
¿eres oleaje o volcán de vida? 
Cuidas a mi alma en tu regazo
(la ternura de la brisa entre las luces de mediodía).
Cuento caricias rojas en tu boca. 
El sol nos alivia con un rayo de sombra. 
Bésame otra vez. 
Evita con los labios que este frágil mundo se rompa.

martes, 7 de marzo de 2017

Amanece en Rossio


Amanece en Rossio y mis suspiros permanecen en la fuente como agua de tu beso imaginario. Abril es azul. Sólo llueve en las estrellas y tú estás lejos. La luz del día agranda la península. A veces te siento en las manos y la distancia acaricia sin querer mis mejillas. Un fado me acerca a tu boca (a saudade), al sueño de la Tierra mecido en las hojas de una nube. El cielo también persigue tus labios. ¿Se quedará atrapado el sol en nuestro abrazo? Eres aire de mar, planeta que nace. Los pétalos de mi lengua te nombran desde el primer olvido. Quizá se quede eterna, la perfecta llama de tu cuerpo, en mis ojos y ya siempre vea el mundo de calor de rosa.

lunes, 6 de marzo de 2017

Anhelo de calor y de agua


Tu piel es silencio en mis labios,
una ola de luz que inunda el tiempo. 
Bajo tu espalda
la noche se abre despacio 
y caemos juntos, buscándonos la voz.
Cierro los ojos
para reconocerme en tus manos.
Traes las caricias atormentadas,
el anhelo de calor y de agua, 
un instante de agonía a mis muslos cansados.
Has vuelto a encontrar el origen de mi alma
al final de tu lumbre.
Y se ha parado el mundo entero dentro de una flor. 

domingo, 5 de marzo de 2017

Ahora que me has olvidado


Ahora que me has olvidado, las nubes son tus labios. Un relámpago oscuro te nombra debajo de las olas.

El símbolo de infinito se desintegra entre la nada y mi boca. ¿Cuántos suspiros míos se han evaporado ya en raíces de antiguas antorchas?

Buscaré la vida en el azahar nocturno de la naturaleza.

El tiempo invertebrado es también caricia muerta. El cielo se sumerge en un estanque de amapolas. Allí estoy con las manos tan rojas como este amor que siento derramarse indisoluble en mis venas.

No puedo dejar de escribir (pensar) en ti




No puedo dejar de escribir (pensar) en ti. Recorro las cuatro estaciones imaginando cuál será la nuestra. 

[El invierno traerá nubes de fuego rojo. El otoño, sapos en las hojas. El verano, estrellas de agua. (Tu espalda es un cisne curvado. Giro dentro de la caricia, en la intención de tocarte).  La primavera, diamantes de alabastro].

Te espero junto al mar, mirando las olas de la noche iluminada por un océano exterior.

Mi oído echa de menos tu poema y el sol cayendo entre nuestros cuerpos como un precipicio veloz de violetas.

Serpentean las lunas caducas de otoño




Desde los labios evoco los pétalos
de un silencio en el estómago.

José Antonio Fernández García


Serpentean las lunas caducas de otoño. El mar se detiene en su réplica de isla y descansa del movimiento sin finalidad. Contemplo la quietud de las olas

y se me suben a los labios
las figuras de tu cuerpo,
los hilos terrestres de las nubes.
Me recorre los dedos
un silencio de arena húmeda.
¿Cómo podré huir de todos tus incendios?

Tus ojos conservan el vuelo de los pájaros al amanecer, un canto de alba y luz. 

Tu voz a veces esconde universos y yo juego a desorientarme en el laberinto ordenado de las constelaciones.

Llevas el cielo en las manos para ofrecerle a mis hombros el límite azul del espacio.

La lluvia es un recuerdo lejano de otro mundo, cuando la vida sucedía verticalmente y los peces nacían en montañas de agua dulce.

Siento tu caricia. Y el sol de la tarde se posa en un horizonte amarillo de templados pétalos.

sábado, 4 de marzo de 2017

Aún quedan piedras en el olvido



Aún quedan piedras en el olvido. El mar se hace línea verde que une amapolas planas. La Tierra gira herida, con tu nombre atravesado en el costado. 

[La luz acabada
El dolor del vacío 
La enormidad
Tu boca en otra noche 
Mi alma en la soledad del mundo]

Estar sin ti es una forma antinatural de vida. Se caen las hojas del aire y respiro agua de lluvia. 

Hay un lugar de estrellas azules




Hay un lugar de estrellas azules donde me esperan tus sueños y, tu boca, como rojo sol pequeño que alumbra universos completos.



Bésame con los dedos



Bésame con los dedos,
deja en mi cuello una esperanza,
un suspiro de agua,
el llanto del sol temblando.

Abrázame,
haz de mí un ovillo de brisa
en el camino de tu cuerpo.
Quedará izada tu caricia en mi espalda.

Después déjame marchar 
con el anhelo de tu beso,
como si supiéramos que es la última vez,
como si tú y yo fuéramos la última pregunta del Tiempo.

viernes, 3 de marzo de 2017

SIN MEDIDA




Vago sobre árboles y nubes, a la altura exacta de tu beso, donde la flor se olvida del mundo y el mundo del Hombre. Allí vivo sin tiempo, sólo labios danzando en el roce elevado de los cuerpos. Te enredas en mis ojos (única imagen del deseo). Tu luz se convierte en mi destino inmediato, el lugar rojo donde trenzar el vértigo.

Ha amanecido debajo del agua, como antes, cuando tu olor me anudaba al mar y nos abrazábamos libres en las profundidades. Después nos desprendíamos de nosotros para empezarnos de nuevo desde un olvido intencionado. ¿Dónde está tu ombligo, al final de cuánto desierto? Mi sed es mi brújula. Y te encuentro. Tu voz nos advierte de paraísos de algodón para las manos. Si te acaricio, ¿moriré dentro de un efímero suspiro largo?

Ay, amor, las montañas se abren,
cabemos los dos en una grieta de la Historia para amarnos,
tu pecho se adhiere a mi espalda como una piel renovada,
muerdes la monogamia de mis hombros,
siento la caída libre de mi alma,
tu vida se estremece en mi pulso,
quiero besarte,
el universo queda suspendido en el aire,
me giro, 
no puedo esperar otro siglo, 
en tu lengua dejo mi respiración entrecortada.

Tu nombre aparece en estado puro de mi saliva y vences a la muerte dentro de mi boca, derramando sin medida la armonía blanca de tus alas.