sábado, 11 de marzo de 2017

Siento el aleteo del sol en la cintura


Siento el aleteo del sol en la cintura,
la brisa de un calor que suspira. 
Me curvo.
Y nace en mi nuca una mariposa celeste
por el anhelo omnívoro de tu beso.

El mundo es tan pequeño
que va desapareciendo 
en la onda callada del tiempo.

Besas despacio... 
como si quisieras atrapar el silencio
y volcarlo sobre la humedad
de mi existencia en vuelo.

Soy fugaz en tus ojos,
pero no en tu memoria.

¿Cuántas veces he tomado la parte por el todo
y me he consagrado a tu lengua?

Contigo
me he olvidado de las civilizaciones y los átomos. 
Todo me resulta ajeno:
el roce oscuro de la lluvia,
la piedra que sueña con la levedad de la rosa.

Vas sedimentando minutos de luz
alrededor de mi ombligo.
El amor es un ciclo:
empieza y termina en el mismo latido.

Has anidado, como hormiga de agua, en mi cuello
y susurras nubes y ordenas innumerables luceros. 
Me clavas tu idea de mar tan dentro...
Nuestra danza huye del horizonte 
(la realidad física del cielo).
La naturaleza sigue escondida entre mi sombra y tu cuerpo.

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