domingo, 16 de abril de 2017

Junto a la primera lámpara encendida de la noche

La hora violeta. Fotografía de Juan Laborda Barceló


Junto a la primera lámpara encendida de la noche, allí estoy, pensando en tus manos, recordando la vendimia furtiva que le hacías al cielo con tu luz, recibiendo la ausencia de sol en mi pecho.

Los bordes de los edificios huyen hacia el mar en un astigmatismo del sentimiento. ¿Cuál es el sentido del anochecer desde que te has marchado a los jardines prohibidos de Júpiter? Sabes que tengo vértigo y sólo puedo mirar hacia abajo desde tus labios, sintiéndome hormiga que juega en el reloj de tu muñeca derecha. 

No importa cuántos caminos lleguen mañana a mis ojos, siempre despejaré la encrucijada existencial con la memoria de tu aliento.


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