domingo, 28 de mayo de 2017

Cuatro colores primarios



Reposo mi voz en un jardín de luz y me lleno de ti. Tu cuerpo se ha volcado en mi latido íntimo y sueño con las olas turquesas de El Algarve. Sube conmigo al rincón azul del infinito y quédate en mi cuello como la última verdad del mundo. Tu suavidad va consumiendo uno a uno todos mis escalofríos. 

El aire nos roza y se incendia de un color distinto. Contigo hay cuatro colores primarios. El cuarto lo dejas caer en mi boca y se convierte en sabor único. Y así te pienso en las noches cálidas de mayo, justo en mi lengua. Y me trenzo mirando las paredes como si fueran a menguar y enjaularme lejos de ti. Después recupero la memoria del tacto y sigues estando en todas las caricias traviesas de mis pies. 

Ya tenemos encima mil nubes inquietas esperando otro abrazo. Esta verbena de esencia blanca que nos protege del pasado. Amor, si alguna vez desaparece el cielo, mírame fijamente. En tus ojos recobraré la conciencia azul que me une al origen de la vida. Tú ya estabas allí, en la primera célula. Y yo, millones de años después, sólo soy una flor, enraizada en el intenso anhelo de tu presencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario