martes, 20 de junio de 2017

Libertad de seda


Tu beso recorre la planta de mis pies como una leve caricia de aliento y me dices que todo irá bien, incluso en nuestros desacuerdos recurrentes. Después subes y yo me trenzo con la idea de tus manos por el resto de mi cuerpo. ¿En qué siglo de invierno se acabará este deseo? Rozas mi unicidad y lo dejo todo (mi ropa, el mundo, el silencio) para ser tuya por encima del tiempo. Agosto nos ha marcado con varias cicatrices de sus sueños. ¿Cómo voy a seguir mi vuelo de verano, si no te tengo? Rescata mis labios del vacío. ¿Lo ves? Está agonizando la luz de ese astro y yo tiemblo. Tu voz se ancla en el núcleo femenino de mis últimos miedos. Y una libertad de seda me estalla dentro.

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