domingo, 30 de julio de 2017

Cuando te espero


Cuando te espero, soy distinta. Pétalo frágil a punto de romperse, lágrima impaciente, agua que auxilia al latido arrítmico. Invento en mi cuello, precipicios para tu voz. Le arranco las frutas al sol para llevártelas en la boca. 

Cuando te espero, veo pasar toda la vida delante de mi sexo. Y tú estás detrás de cada uno de mis gemidos. 

Entra




Entra. Me he quitado los tacones. De rodillas no me hacen tanta falta. Acaríciame el pelo mientras se vacía tu alma en mi carmín rosa salvaje.

En este camino hacia la luz



Acompáñame en este camino hacia la luz. Voy a reproducir la vida caliente de los átomos y a pellizcarte el aliento hasta que mojes mi boca.

Me aferro a tus brazos como si fueran las últimas lianas que llevan al segundo cielo, escondido más arriba de la atmósfera.

Mi saliva te piensa tanto... 

Balancéate en mí -carnoso círculo- como quien mece una nube. Después de todo, cuando estamos juntos, somos amor. Y lluvia.


sábado, 29 de julio de 2017

Un mar en la pared

Te hablé de un mar en la pared y nadábamos a braza, amándonos hasta en la última gota del mundo. Y ahora, en esta sequía del tiempo, trato de borrar todos los segundos de desierto. Pero no te encuentro. Y buceo sola. Pensando en ti. Con el orgasmo entre mi mano y el frío.

Antes de marcharte



La noche se curva. Estás más cerca que nunca, dentro de mi propio suspiro, desvistiéndome el deseo. Soy voz abierta a tu palabra. Si me susurras me hago de arena blanca y anhelo la llegada del agua. Ven a mi vientre. Cómete cada círculo. Rózame los pies para que nos sobrevuele el instinto. Aúlla en mi pulso. Rodéame con la intensidad de tu gemido. Sométeme a todas las clases de muerte. Y abrázame. Antes de marcharte para siempre.

La última delicia


Absórbeme. Quizá tú encuentres la última delicia de mis sentidos. Llévame en la boca durante un sueño. Quédate con mi sabor en el costado. Me subo a tu espalda. Te beso. Y la noche se da la vuelta, para que me acabes dentro.

Voy a odiarte



Voy a cambiar cien veces de opinión
antes de pedir asilo carnal en tu cama.

Voy a odiarte por existir,
por lavar mi sexo
con la fricción descuidada de tu cuerpo.

Voy a echarte de menos
cuando llegue a casa
y me hipnoticen tus caricias apelmazadas
en el techo.

Voy a odiarte
cuando tenga que replantearme
la vida entera por ti.

Y tú me respondes con un rotundo: acepto.

viernes, 28 de julio de 2017

Consiénteme los sueños


Consiénteme los sueños esta noche en que siento el mar tan lejos como tus labios. Y cuéntame esa historia de hadas en las olas inventando el movimiento. Después viaja en la máquina del tiempo que dejé en tus dedos y llévame al instante previo al primer beso. Átame a la canción que sonaba entonces. "Do you remember?".  Permíteme ser entre tus brazos, aquella luz inocente de nuevo. 

Pacto de salivas



"Inquieto por la tardanza de tu aliento
intrigado por la sentencia
de la próxima pestaña".

Amante Infiltrada. Paco Carrascal



[Descenderán nuestras sombras 
sin ropa, 
enredándose en las curvas de la carne.
El suelo no será tope
para el sudor de mi espalda.]

Te miro y presiento
un hambre atroz en tus dedos.

Rómpeme la soledad, aquí,
donde mi piel se abre.
Introduce la suave yema de tu caricia, sin descanso.

Creo que voy a perder el sentido, respirando
tu voz en contacto con el aire. 
Tus palabras caen de tu boca
directamente a mis pechos. 
Me aprietas el latido con las manos. 
Muerdo, sin querer, uno de mis gritos largos.
Necesito recibir cuanto antes 
el desenlace de tu cuerpo.

- Somos el susurro de la luz, amenazando
la supervivencia del tiempo -

¡Abandona el dolor de la vida!
Comparte conmigo tu visión de antiguas amantes. 
Une tu pensamiento a mi placer. 
Mide el deseo en mis ojos.
Transforma tu fuerza en abrazo.

Y viértelo todo: soy orilla. 

Ahora respira. Despacio.
Tu semen hoy tiene el sabor de mi sonrisa.

jueves, 27 de julio de 2017

A estas alturas de la vida


A estas alturas de la vida, nos limitamos a querernos y evitar desequilibrios existenciales.

Tus manos seguirán protegiendo islas, de mis naufragios. Cuando el infinito tense el escalofrío de mi alma, yo sabré huir a la vértebra número cinco de tu espalda y soñar despierta con que te quedas y me amas al llegar la mañana.

Sin ti sería otra mujer, sensata, cuerda. Pero prefiero esta pulsión desenfrenada que liberas en cada centímetro de mis piernas.

El primer beso de la tarde



Remo, para ahuyentar la nada que invade el deseo. ¿Dónde está tu espalda? No hay otro lugar donde mis caricias olviden el invierno. El lunar de tu hombro me está dejando las manos sin aliento. El sol entero cae a mi lado. Calor en el verbo. El último suspiro de mis dedos me abre los muslos para abarcar el tiempo. Y me inclino ante tu boca, buscando el primer beso de la tarde.

Voy a dejar en el suelo casi toda la ropa. Acércate y comienza nuestro plan de escape. Rompe mis ataduras con el cielo y con la tierra. Quiero tenerte detrás, en la nuca, contando los metros que nos separan de aquella hoguera gigante. Ya queda menos. Hazme avanzar. Posa tu voz en mi ombligo, como si fueras un olvidado llanto de la primavera. Me gusta saber que estás en esta experiencia de mi existencia.

El tallo floreciendo. El aire respirando.

Te rodeo las rodillas con mi lazo de saliva y ausencia, trepo (luz de árbol, amapola abierta a su fin), devoro tu prueba vertical de vida. Mi lengua reza. Estás creciendo más, hasta que eres parte real del movimiento de mi cuerpo. No te detengas con el ansia de mi prisa. Necesito olerte el alma. Por eso vuelo. Te oigo dentro, sonido fugaz de muerte. Y todo mi fuego de flor se deshace sobre ti.



martes, 25 de julio de 2017

Así te recuerdo



Hoy he sabido de ti
(quizá la forma de una nube 
o el agua de una estrella 
temblando en el cielo).

Te he sentido como antes,
dibujándome vuelos en el cuerpo,
tu boca, la muerte y el mar
en ese cruce de caminos eterno,
y tu voz dejando
la pregunta de siempre en mis ojos:
¿volveremos a vernos?.

Busco arcoiris en mi lágrima;
así te recuerdo.

Ahora lo sé, no te marchaste tú.
Fui yo quien cruzó la línea 
por la que se abandona el universo.

lunes, 24 de julio de 2017

La fragilidad del paraíso




Me acaricias, como si quisieras protegerme de la fragilidad del paraíso. Te acompaño en los vértices de tu cuerpo y dejo caer mi agua en cada idea de tu boca. Tu comienzo es mi final. El verano se clava en mis huellas dactilares. Te pertenece mi sentido del tacto y alguno de mis descontrolados abismos.

¿Cuánto día tiene la noche? 

Tu voz ilumina. Me susurrasMuere el sol sobre un mar de nieve. El escalofrío del planeta se queda en mi ombligo; y baja. Callo tu nombre apretando los labios contra el alma. Se mueve el cielo. Las flores vuelven a volar sobre montañas. Todo avanza. Y yo sólo quiero otra larga pausa, para perdernos juntos en el recorrido invisible de tu lengua.

Se me silencian las metáforas



Pienso en ti y se me silencian las metáforas. 
No quiero escribir del sol o de las estrellas, 
ni de esa maldita luna, que desde arriba observa
cómo nos separa la distancia.

Y es que me levanto y te busco en mis dedos
y se me cierran los espejos antes de salir de casa
y en el coche todas las canciones hablan de ausencia
y se me cae una lágrima rota sobre el volante
y tengo que respirar hondo en este intento inútil de olvidarte,
mientras subo las escaleras
y llego al trabajo como si no pasara nada.

domingo, 23 de julio de 2017

Barrancas de Burujón



Anochece, pero tu beso deja su luz en este rincón rojo del universo.

Abrázame, suspira, antes de que la tierra vuelva a herir al embalse. Aférrate conmigo a esta expresión salvaje de la belleza. Sobre ti, seré respuesta. Yo me quedaré con todas las preguntas hambrientas en mi cabeza. No quiero que sufras mi enésima tormenta.

Soy hormiga perdida al fondo del planeta. Tengo miedo a la oscuridad. Amor, enciende la lámpara atemporal de tus labios. Voy a besarte otra vez. Tú vas a detener la muerte. Mi caricia se hará voz del mundo en tu espalda. Es hermoso cuando sientes mi lágrima y callas. Alza el vuelo. Yo te seguiré. Y espérame donde el río  limita con la intensidad de la llama. 

Lluvia de mandarina



Te acercas a mis hombros como una curva improvisada del tiempo -presente en estado puro- y exploras mi vuelo interior con los dedos. Huímos juntos de la distancia. Viene un ejército de rosas para doblegar el aire.

¿Este aroma a luz es la antesala del beso?

Llévate el silencio muy lejos. Quiero tener espacio para el grito contenido de mis sentidos. Soy lluvia de mandarina, templada, jugándomelo todo sobre ti (la piel, la risa, el pasado). Te presiento en la madrugada. Digo tu nombre sonámbula. Extiende un sueño en mis labios, para abrir la humedad de la galaxia. Después vuelve a mis pies y perfila con la lengua mis huellas enamoradas.






Se acaba el mundo


Se acaba el mundo y tu beso es un pétalo de salvación sobre las olas. Hemos hablado tanto de este final y ahora que ha llegado la oscuridad tengo que compartir la luz de tu último abrazo, para que sobrevivan las flores del planeta. Yo guardé oxígeno en los pies, aquellas noches en que modelabas mi cuerpo con tu saliva. Me tumbaba al relente de tu aliento y veía pasar nubes y estrellas.

Sigue en mí tu promesa de eternidad, todos tus movimientos de blanco alba al caer el día. El sueño de estar contigo aún me dura. Creo que nací para terminar así, pensando trágicamente en tu boca. 

sábado, 22 de julio de 2017

Alabanza


Susurras en mis manos
y toda mi piel es alabanza.
Me hablas de un mar especial
en los días de calor calmado. 
Tu lengua juega
a hacerme círculos concéntricos. 
Vas mojando mi línea de la vida
y yo pienso en otras geometrías 
alcanzables por tu boca. 
Tratas de romper el tiempo por la mitad. 
No pares de buscar excusas en mi cuerpo
para ser feliz. 
Mis ojos, tan amarillos 
como si aún fuera primavera,
ya gritan tu nombre.
Te gusta mi apariencia de gata. 
Me siento en tu regazo 
para ver el crepúsculo 
y callar cuánto te quiero. 
Siempre lo hago para protegerme de ti, 
del dolor posible del olvido. 
Y ahora que la noche ha llegado,
mueves el mundo conmigo. 
Rota la Tierra, gira la Luna. 
Y en medio de todo, 
una danza de pronombres. 
Ya lo sabes: debes quedarte en mi espalda. 
Prepara tu aliento para morir.

Kilómetros



Te echo de menos. Otra noche sin luna, lejos del océano. Los kilómetros me asustan. Te has vuelto imprescindible para la luz de mis ojos. Mirarte es el mayor bálsamo contra el dolor inherente al ser humano. Si no te quisiera, todo sería más fácil. Incluso olvidarte. Pero la vida transcurre de esta manera absurda. Cuando me lanzaron a la Tierra caí en este lugar y aquí sigo sin entender las causas de la ausencia. Si me besas, mis dudas recuperan el sentido de la existencia.

viernes, 21 de julio de 2017

Equilibrista de olas


"Equilibrista de olas",
así me llamabas
después de recorrer tu cuerpo
sin importarme las sombras
o las consecuencias de la distancia.

"Aquí todo es azul. Lo sabemos."
Desembocamos en el otro
como una razón más del agua
y la vida continúa,
con nosotros queriéndonos o no.

Así que elijo buscarte
todas las horas y sus minutos,
aunque con esta insistencia mía
termine averiando
todos los relojes del mundo.

Da igual, amor.
Tu piel representa
la oscuridad necesaria de mi luz.
Y me muevo hacia ti,
impulsada por molinos de viento,
rotación de montañas, eclipses.

Soy curvatura del espacio debajo
de tus ojos. Curas mi instinto.
Vas, vienes, te adentras, giras.
Y yo te doy la pausa del tiempo
cada vez que grita la lluvia en mi espalda
y hasta el alma se me desvanece sobre ti.


jueves, 20 de julio de 2017

Para que sueñen otros


Para que sueñen otros,
he encerrado cuanto me amaste
en todos los versos;
la luz del aire rodeándonos,
las despedidas al borde de un vacío compartido,
el mar rompiéndose a nuestros pies, de deseo ajeno,
tu voz sonando como un eco indefinido en mi cuerpo.
Tu risa se quedó enredada y libre en mi aliento. 
Cuando respiro soy feliz. Porque te recuerdo.

Oscilación




Suspiro y todas las flores lo hacen conmigo, en su baile del subsuelo, imitando la humedad rítmica de mi cuerpo. Me tiembla el sudor en la espera de tus dedos. Vuélcate en mí como si fueras la envoltura dulce de un sueño. 

¿Recorres conmigo la trastienda del universo? Allí el milagro se hace beso y puedo sentir en los labios que soy pájaro blanco de almendro. 

Te impregno de amor la curva del cuello (la caricia en su forma material de verbo). Y te llevo un mensaje anónimo del tiempo: no te vayas nunca. Quédate latiendo en la oscilación de mi deseo.

Se detiene la luz



Se detiene la luz en mis tobillos y el alba altera la oscuridad de mis muslos, abiertos hacia un lugar mejor. Se posan en mi ombligo dudas de palomas y sombras. Y así pienso en ti, mirándote, mientras me cuestiono el color del hambre que me somete a la repetición de la búsqueda.

Hay tanta voz como huída en mi piel y yo sigo recorriendo el sueño del mar para sentirme libre.

Soy rosa con su último vacío renovado, flotando entre las estrellas. Es de fuego esta vida que comienza. Ven a deshojar los números conmigo, para interpretar la verdad de la naturaleza. Deja en mi espalda múltiples símbolos carnales por si alguna especie extraterrestre nos encuentra. Descifrarán el leve dolor del deseo, en la unión de tu caricia y mis vértebras.

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lunes, 17 de julio de 2017

Cuenta las perlas


Cuenta las perlas que la experiencia ha acumulado en mi espalda, hunde tus dedos en mi exceso de agua. Soy humedad arqueada en busca de movimientos salvajes. Sufre mi voz en contacto con cualquier grado de distancia. Necesito sentir tu aliento bajando y subiendo, como un péndulo de aire. Acerca tu boca y todos sus afluentes. Encuentra el punto g de mi médula y presiona. Llévame al instante donde la luz y la oscuridad se trenzan.

Muérdago de azahar





Vienes, aunque hace tanta calor que duermen los pájaros a la sombra del océano. Me enseñas a encender la brisa con los ojos y el espacio regresa a su origen olvidado de enredadera. Tú, yo y la amenaza de la ausencia.


Se han cumplido los últimos deseos de mi lágrima: detener el cielo y abrir la nada para crear un universo de estrellas nacientes. 

[Quiero estar sobre ti cuando anochece 
y sentir todas las luces dentro:
se unen mi ombligo y tu pecho
dejando correr los latidos
como agua que atraviesa el mundo.
Me abrazas con el recuerdo reciente de la lluvia. 
Te hablo del mar subiendo a la luna. 
Mi boca se estremece en contacto con tus dedos. 
Acaricias mis labios impulsando un nuevo vuelo.
¡No me dejes caer si muero alineada con tu cuerpo!
¿Cuántas flores están creciendo entre tu alma y mis sueños?].

Cuelga conmigo más luciérnagas en el árbol del jardín. Quedará iluminada la vida, a pesar de la incertidumbre que nos persigue. Habrá un aroma permanente a verano y un muérdago de azahar protegerá la pasión del paso del tiempo.

Porque no tengo tus labios




La noche es una línea recta hacia la nada, porque no tengo tus labios y el mundo late en mi garganta con la verdad hiriente, desenfundada. No puedo contar estrellas, se me agotaron los números recordando caricias multiplicadas. 

¿Y si volviera tu beso subido en cualquier nube y yo trepara por el mar hasta alcanzar tu aliento y lo posara en mis hombros y después bajara por mi espalda como un imán que remueve un grito de paz en mi alma?

Otra noche más pensando en tus ojos, en galaxias paralelas, en tus manos y mis alas soñando con nuevas razas. Sí, te quiero. Y voy a morir en esta ausencia que no acaba. Hasta la música se hace silencio. No quedan rosas voladoras para reducir la distancia. Viviré con la lágrima en la lengua, sabiendo que existes en el movimiento de otra cama.

Respiro hondo



Respiro hondo,
soy una ofrenda horizontal para tu boca:
cortas rosas sobre mi ombligo, 
envuelves mi piel con fuego templado, 
inhalas la vida a través de mi sudor.

Toda la luz cae como agua y susurro
por mi cuerpo y desatas en mi espalda 
la taquicardia de la fiebre.

Subo a calmar el cielo 
que tiembla
y que arde
y que sueña. 

Vuelvo a buscar el sentido de la existencia en tu beso.

Abrázame,
como si se nos acabara el tiempo
y nuestra isla de pájaros
nos estuviera esperando en secreto.

sábado, 15 de julio de 2017

Decido no seguirte


No queda rastro del arcoiris 
que trajo la primavera roja.
La rosa templada es ahora
barro de infierno húmedo 
ensuciando mis tobillos.

En mi piel enmudece
el gemido efímero de tus manos
y la multicidad de la llama muere
en las hojas de un bosque tranquilo.

El destino ancla
su trampa de movimiento 
en mis hombros 
y yo sólo busco una estrella
en la cordillera de volcanes oscuros.

Te alejas con el mundo en los brazos
y decido no seguirte.
Cuando me hablas del mar
ya no siento en la espalda
ese curvado escalofrío.

El ansia de mi espalda



Te echo tanto de menos que me duele el reflejo de la caricia en el espejo. La noche no juega a ocultar las casas y se vuelve petróleo lánguido cualquier percepción de alba. No llega un día sin oscuridad, se queda rojiza la ventana y no soy capaz de ver el cromático canto de las libélulas. Todo es voz cansada. Los árboles se adentran más en la tierra, buscando luz húmeda. El calor envuelve la calma triste de la ausencia. No creo que vuelvas. Y si lo hicieras, te he guardado el ansia de mi espalda para que tu boca se exceda.

viernes, 14 de julio de 2017

Velas del silencio


Fotografía de Chema Lara



Respiro apagando las velas del silencio.
Y te llamo como otras veces, con los dedos.
Me subes a tu sueño en movimiento.
El vapor de la tarde está agrandando el tiempo.
¿Esperas conmigo una nueva caída del cielo?
Flotarán las nubes sobre mis hombros.
Dividiré el sol con mi espada de agua
y el deseo se llenará de lágrimas ardiendo.
Quema el espacio.
Llegan abiertos los verbos al océano:
viajar, sentir, amar...
Y vuelo debajo de la luz horizontal
contando pétalos en tus manos.










Llegará otra


Llegará otra,
con sus manos dulces y aroma a hierba,
caerán las voces como frutas maduras
sobre los cuerpos,
vencerás al calor con fuego blanco
de primavera,
levantarás el mar para salvar las rosas,
congelarás el tiempo en una palabra,
huirás con ella todas las noches de luna llena.

Llegará otra...
Se romperá una estrella sobre mi cabeza:
¡tanta luz desperdiciada!
Quedarán mis labios sepultados
por la nieve azul de la ausencia.



Esplendor



Aráñame el latido
- caricia de sangre -,
que sienta el esplendor de tu amor
a su férreo paso por mi cuerpo
y que el dolor se apague
con la soledad interrumpida de tu beso.

¿La ausencia o la vida?



¿La ausencia o la vida? Yo elegí ausencia y me he quedado con tu sombra en las pestañas y un aullido atado al cuello, como collar de ruido que me ahoga. He regresado a todos los callejones que frecuenté contigo y no encuentro aquel olor a luna que salía de tu gemido. 

Sólo conservo recuerdos en frío: cuando me hablabas de la belleza escondida en las líneas de mis manos y a mí se me caía una lágrima y tú me besabas los labios para robarle el dolor al infinito. 

Después se quedaba el amor en nuestros ojos. Y un sueño de luz esperándonos en todas las camas del mundo.

El parpadeo del mundo



Sueño con mi nombre en tu voz. Todo paraíso te lleva. ¡Cuánto dolor cabe en esta larga distancia! Vienes y vas como un estado de luna blanca. Pienso en ti debajo del agua, sin aire. Eres luz que atraviesa fantasías y realidades. Dime si vendrás esta noche con tus relámpagos de fuego. El parpadeo del mundo está invadiendo el centro de mi cuerpo.

Necesito trazar en tu espalda el camino a casa. Y que nos pronuncie el viento con la quietud de las ramas. 

(Abrazos. Música. Danza).

Quiero el lado oscuro de tu caricia hasta gritar con el alma, ser curva que te alcance en la extensión de mi deseo contenido.

Y acabar con mi soledad de flor helada.

Deja libre este suspiro mío, que busca calor al final de la galaxia.

Nostalgia



Tengo nostalgia de lo que aún no ha ocurrido...

[pasear contigo bajo un cielo de luz caliente y dos lunas que brillan, crear un jardín junto al mar, ver pasar montañas que vuelan].

Mis pies mueren de amor siguiendo tus huellas
y casi sin darnos cuenta,
vamos dejando una voz marcada en el tiempo
que hablará de nuestra historia.

miércoles, 12 de julio de 2017

Unidos


He arrimado el mar a la luna
y con todo el deseo del mundo,
te he abrazado.

Ya van subiendo los pájaros
para dejar su canto de alas
en las estrellas...

Libera el verbo amar dentro
de mi cuerpo
y hazme sentir las contradicciones del tiempo:
ahora-y-siempre unidos por un mismo movimiento.

Flores en el hielo


Están creciendo flores en el hielo y navegan
sobre voces azules que sueñan con ser Océano. 

Yo giro bajo la sombra de las nubes. 
Mis latidos se desordenan; llegas.
Es de agua dulce, el aire que nos rodea. 

La suavidad no ha abandonado tus manos.

Te acercas a mi espalda como un suspiro de verano.
Traes el calor perfumado al sentido del tacto. 

Respiro sin moverme, concentrada en tus labios.
Tengo miedo de que desaparezca tu beso
en la enredadera del espacio.

Baja a ver mi fuego y comparte mi insomnio continuado.

¡La existencia no es más que este instante de amor entre tus brazos!

Voy a consagrarme al tiempo:
pasarán los años.
Y nunca te faltará mi cuerpo enamorado.

Te buscaré después de la muerte.
Lloraremos juntos por la materialidad del pasado.

Entonces seremos un invisible vuelo invertebrado
y nuestras lágrimas caerán como lluvia de otoño
 sobre otros enamorados.

lunes, 10 de julio de 2017

Cuando ya no esté contigo



Cuando ya no esté contigo y las flores de mis tobillos pertenezcan a otro enjambre,

cuando aprenda a esconder el beso detrás de mi boca y el sol caiga directo en una gran ola elástica,

cuando tu voz lleve más arena a los desiertos y la rotación de mi latido no busque tu alma,

cuando ya no hablemos de amor bajo la luna vacía y el viento mueva a su pesar, las nubes de mármol.

Cuando yo misma sea piel de piedra respirando... No vengas a reanimar la luz perdida de mis labios. Quiero estar sola entre las caracolas vivas de algún océano.

Inevitable descanso


Hubo noches magenta, con estrellas volando y música de playa en la orilla de todos los océanos. Nacía un planeta y crecía en la luz de tus ojos. Mirábamos cada amanecer como un milagro. Sonreías en mi espalda y yo lloraba en tus manos. La vida pasaba y sentíamos dentro, el universo enamorado. Ahora llueve y la oscuridad es una trampa para mis pasos. Quizá muera pensando en nosotros. Le hablaré de ti al ángel que me lleve al inevitable descanso.

La espina roja de tu beso



Te he querido tanto que la espina roja de tu beso aún sueña con mi abrazo. He huído a otro hemisferio para no pensarte con el calor de mis labios. Pero siempre vuelvo, aunque arrastre la eterna sombra del daño.

Cuida de mis muslos





Cuida de mis muslos bajo el balanceo de tus ganas. Respira conmigo las rosas de la luna. Llevo en las manos frutas abiertas para sobrevivir un siglo. 

Ama mis hombros. Cae sobre mí como gota feroz de lluvia. Nombra mi luz y mi sombra con tu movimiento. Quédate en mi espalda a contar planetas de otra galaxia. Besa la yema de mis dedos y hazte dueño de la humedad de mi caricia. Toma mi aliento, en esta mitad oscura de la vida.

Y mira cómo corre el agua clara por mis lágrimas... Es que estoy pensando cuánto te quiero y se me está inundando el alma.

domingo, 9 de julio de 2017

Cuando me desvistes


Cuando me desvistes, un suspiro de sol juega con su hilo transparente alrededor de mis muñecas. Mi pulso pregunta por tu espalda. Pienso en ti con la boca. 

Nos llevamos toda la luz a contracorriente. ¿Hacia dónde volamos? ¿Quién soy cuando sueño entre tus brazos? 

El cielo se está evaporando. Y mis ojos dejan en la tierra, su rastro de llanto. Voy a quererte tanto... ¿A qué parte de tu cuerpo le entrego mi latido enamorado? Ya he sembrado mi fuego en el agua de los astros y le he contado a las olas, el mar en calma que contienen tus labios. 

Me detengo a contemplar el temblor de la luna. Habla una nube con su canto azulado. ¡Quiero empezar de nuevo! He recogido las últimas sombras de mi pasado. Y ya nace mi tiempo, en la carnal paz de tu espacio.

jueves, 6 de julio de 2017

Red para astros



Si la soledad fuera el átomo prometido, el espacio
que contiene la verdad en su red para astros.
Si tu frente no tuviera miedo a la nada
y yo no se lo tuviera a tus manos, al olvido,
a la tormenta de algas rosas, a tus ojos mostrando el mar,
al látigo de sol desatado en el centro de mi cuerpo.

Si volvieras y tu cuello hablara
de los peces que suben a respirar a la luna
en las madrugadas de insomnio.

¡Es tan larga la noche cuando no estás! ¡Es tan insoportable la luna!

Un rosal se lleva el tiempo
a las espinas del Océano Atlántico,
fría onda inútil en mitad del mundo,
como yo, pensando en que regresas.

Un sonido de luz clara invade el triángulo del horizonte.
La distancia es una danza arrítmica de nubes,
un movimiento reducido a gramo.

¿Hay besos que crean civilizaciones? ¿Hay abrazos buceando en los lagos?

Todo es incierto a la hora en que me besaste:

[voz de pétalo húmedo, comba de labios, calor en el vacío, roja sombra de una sola luz, temblor del tiempo, lenguas soñando, huída hacia un lugar mejor donde la tierra es oro algodonado y las caricias vuelan en el interior de las estrellas, pausa fugaz en la prisa, madera en la ola]

Cierro los ojos con fuerza
para que no se escapen de mis párpados
todas las mariposas de una sola vez.

Todo es cierto a la hora en que te marchaste.


Porque el amor fue lava antes que nido


Porque el amor fue lava antes que nido, aún conservo en los ojos la memoria del fuego y te miro con el origen encendido del deseo.

Tus dedos derraman su lumbre de piel sobre mi cuerpo y la vida se vuelve círculo cerrado con nosotros dentro. Me sujetas el gemido con los labios. Degustas mi aire. Materializas el olor de mis sueños. Mi espalda se curva como una frágil lámina sin tiempo. Me lanzo hacia atrás, para devorarte incluso en la distancia y el recuerdo.

miércoles, 5 de julio de 2017

Y será como un vuelo entre lágrimas rojas




Y será como un vuelo entre lágrimas rojas. El eco de una larga sombra temblará en mis labios. Sonará el cascabel nocturno de la despedida. Todo duele. Es lo que nos hace sentir vivos y reaccionar ante la muerte. 

No podré estar sin ti, pasar páginas de un libro o nubes de un jardín celeste. No habrá amor sin el eje de tu piel. Mi cuello se volverá estatua de aire. Te nombraré con los dedos en cada caricia.

El mundo será
hoja caduca,
o pozo,
o noche,
o distancia.
Y silencio.

Se me clavará el olor de la luna en el latido. Sangraré. Es lo que me hace estar cuerda y reaccionar ante el olvido.

martes, 4 de julio de 2017

¿Volverás?


La tarde se ha quedado en silencio, como una duda del sol frente a la noche. He mirado mis manos para encontrar tu beso, pero me ha atrapado la enredadera de la ausencia y sólo siento en el alma, el vacío exacto del recuerdo.

Unicidad


Nacer. Morir.
Y en mitad de la existencia:
tú, causal eternidad.

Llegas.
El mar es una gota de verdad 
sobre la arena. 
Nos tumbamos a contemplar 
un universo preconcebido 
por antiguas estrellas. 
Vienes. 
Un instante de tus ojos alberga 
mil lunas y una marea. 
Aparto reĺámpagos con los brazos, 
espuma con las piernas, 
como si avanzara, exploradora,
por una salvaje senda.

Sellas tu luz 
en el sonido de mi nombre:
si me llaman, aparece tu silueta.
Tu unicidad es agua dulce que rodea 
el núcleo de todas mis células.

Traes el cielo naranja del Oeste




Traes el cielo naranja del Oeste
- recuerdo de luz del primer beso -
encendiendo el origen de la noche.

¿Te acuerdas?
Las olas del océano tenían
un aroma a sueño nuevo.
Tus labios le contaban secretos a mis manos
como hormigas de costa que aprendían a volar
en el silencio abandonado de los pájaros.

(Siempre te gustaron las excepciones,
los símbolos extraños en las obras de arte,
la diagonal de lunares desordenados
que atraviesa mis ingles).

¿Rompemos otra nube de verano?
¿Cuántas rosas blancas irán esta vez dentro?
Ay, mi amor, podrías fingir guirnaldas con tus dedos
y adornar la incertidumbre creciente de mi cuerpo.
Bésame de nuevo.
Y que estalle el mundo justo detrás,
en el instante turquesa donde empieza mi espalda
y acaban todas tus búsquedas del fuego. 

Herida incurable


Si fuera mariposa 
llevaría esta herida incurable
en el pliegue amarillo de mi ala izquierda 
- corazón que vuela inmóvil -, 
pero soy luna nueva
y debo seguir girando 
con la inercia de mis lágrimas de roca.