jueves, 6 de julio de 2017

Red para astros



Si la soledad fuera el átomo prometido, el espacio
que contiene la verdad en su red para astros.
Si tu frente no tuviera miedo a la nada
y yo no se lo tuviera a tus manos, al olvido,
a la tormenta de algas rosas, a tus ojos mostrando el mar,
al látigo de sol desatado en el centro de mi cuerpo.

Si volvieras y tu cuello hablara
de los peces que suben a respirar a la luna
en las madrugadas de insomnio.

¡Es tan larga la noche cuando no estás! ¡Es tan insoportable la luna!

Un rosal se lleva el tiempo
a las espinas del Océano Atlántico,
fría onda inútil en mitad del mundo,
como yo, pensando en que regresas.

Un sonido de luz clara invade el triángulo del horizonte.
La distancia es una danza arrítmica de nubes,
un movimiento reducido a gramo.

¿Hay besos que crean civilizaciones? ¿Hay abrazos buceando en los lagos?

Todo es incierto a la hora en que me besaste:

[voz de pétalo húmedo, comba de labios, calor en el vacío, roja sombra de una sola luz, temblor del tiempo, lenguas soñando, huída hacia un lugar mejor donde la tierra es oro algodonado y las caricias vuelan en el interior de las estrellas, pausa fugaz en la prisa, madera en la ola]

Cierro los ojos con fuerza
para que no se escapen de mis párpados
todas las mariposas de una sola vez.

Todo es cierto a la hora en que te marchaste.


No hay comentarios:

Publicar un comentario