domingo, 29 de octubre de 2017

Desde todas mis celdas


Te miro desde todas mis celdas. Llevas mi libertad en las manos. Sólo tu caricia puede romper mis ataduras terrenales y hacerme relámpago en el agua. Te llamo desde la maldición de esta torre, pero mi voz alcanza tu huella o el recuerdo. Te lanzo un arcoiris que te traiga de vuelta. Se va haciendo de noche. Las nubes se descuelgan. Suenan diamantes dentro de la brisa. Suele brillar la ausencia para que duela como un sol de agujas. 

La sangre se me agarra a las rejas. Salgo en forma líquida. Persigo tu sombra. Me obstaculiza la relatividad del tiempo. Otra eternidad buscándote. Otro segundo de silencio.

Y por fin tu cuerpo, vaciándose de distancia.

Ahora queda saber si vas a empezar a besarme en el cuello o en la espalda. 


Voy a tocarte...


Voy a tocarte
hasta que se paralice mi cuerpo
y sea tangible el sueño.
Ya no es efímero 
el color de tus labios,
ese suave rosa de lluvia.
La ciudad transcurre lejos...
El ruido se debilita
y sólo oigo tu voz
moviendo estrellas
encima de nosotros.
Me traes el vértigo de la luz.
A veces lloro
cuando te siento.
Todo ocurre por algún motivo,
así que debes seguir besándome
para vencer juntos al destino
que nos observa.

Oxígeno caliente


He mirado con tus ojos 
el recorrido azul de los pájaros. 
He sentido despertar las flores blancas 
que dan vida a los astros.
Te he guardado tantas caricias de verano...

Te llevo esperando mil suspiros. Llegas ahora a mis hombros, con el oxígeno caliente entre los labios. Sabes trazar la paz en mi cuerpo. Derretirme la desesperanza. Juntos parece que el mundo comenzara de nuevo, con un único  continente flotante huyendo lejos del infierno.

Pruebas el sabor de mi lágrima. Es casi dulce la consciencia de la tristeza pasada. Se me está partiendo la ausencia como si nunca hubiera existido en mi alma.

Me besas para relativizar el tamaño y la forma. Ponme el universo en el dedo anular. Sella el compromiso. Formaliza el hormigueo del agua. Ya estoy lista para que todas tus luciérnagas me hieran con su luz. Suéltalas dentro de mí. Y si vuelo, esta vez sujétame con la boca.

© Laura Villanueva Guerrero

jueves, 26 de octubre de 2017

Ovillo de seda


La luz se concentra en tu aliento. Me deslumbra el beso que no me has dado. Pienso mil excusas para rozarte, como si fuera una niña que juega en el recreo. Te hablo de la primavera. Respiramos el mismo polen. Quizá es deseo compartido o alergia. Acabo de obsesionarme con tu lengua. Mi piel se va haciendo ovillo de seda. Soy más suave en la espera. Si me acaricias, esta vez seré yo quien muera.

Playas y desiertos


Conoces mi devoción por tus pies y deambulas descalzo alrededor mía, mientras me enumeras lugares en los que has estado. Yo te imagino en playas y desiertos para desviar la atención de mi boca. Sigo sentada. Un impulso de agua me somete a tus huellas. Quiero enrojecerte de abajo arriba, con esta caricia en carne viva que se me eleva. Horizontal o vertical, tómame como quieras. Una gota de deseo me inunda las caderas. Protégeme del viento y la tormenta. Abrázame en el sufrimiento irracional que comienza. Introdúcete en mi movimiento y después cierra. No voy a echarte jamás de este rincón soleado que te venera.

martes, 24 de octubre de 2017

Último destello



Este calor de nube me devuelve a ti, como el último destello de una amapola antes de marchitar. Y te miro, con la luz que aún perdura en mis dedos. Tu belleza casi es laberinto. No sé salir de ella cuando te oigo llegar. Mis labios se entreabren. Asoma la plegaria: quédate. Evoluciono. Más frágil, te llevo la penumbra en la boca. El día se acaba. Tengo miedo de que todo se vuelva sueño, hasta tu abrazo. Voy a apresurar mi cuerpo hacia lo salvaje del tuyo. Se acerca un círculo de oscuridad... Y nosotros dentro, girando, con la única intención de anudarnos más. Dime si soy tan tuya cómo lo estoy sintiendo. Esta carne enamorada que se me desprende en cada vuelo. Quiero que mañana me recuerdes. Quizá conserves algo de mi saliva en tus uñas. El juego de mis muslos, hacia arriba, pernoctará en tus ojos. Me he encerrado en tu imagen lineal del deseo. Y asciendo, acalorada, a una nueva nube caliente. Desde allí contemplo mi último destello.

domingo, 22 de octubre de 2017

Cuánto jardín va en la rosa




Amor, cuánto jardín va en la rosa...
¿El mar es eternidad o es gota
cuando me besas
y entre nuestros labios
el agua adquiere su forma de luz?

Nos confundimos
con los otros impulsos
de la naturaleza:
el relámpago,
la velocidad del hambre,
el vértigo de la nube
sobre la faz de la tierra.

Me tocas la nuca
y provocas
una nueva sacudida del tacto.
Todo sube.
La altitud nos rodea.
Y casi sin oxígeno
digo tu nombre.
En ese momento sabes
que le perteneces a mi voz
y que nos ata
nuestra manera de ver la vida.

Sigues en mi cuerpo,
desgranándome los pechos,
moviendo tu lengua
en la profundidad de mi jadeo.
Hoy te cedo mi integridad.
Se dilatan mis pupilas.
Me agarro a un sueño,
a las sábanas,
al vuelo ascendente de un pájaro.
Desaparezco del mundo convencional.
Te busco entre los átomos.
Y respiro
hasta que sólo tú
anidas en mis pulmones.
Me quito los anillos.
Quiero la plena desnudez
para sentir la ráfaga,
la red traslúcida
que atrapa mi alma
hasta que yo también empiezo a morir.

Ya no siento


Ya no siento
tu caricia en mi párpado.
El roce se me ha incrustado adentro,
como un dolor de estómago.

Aún me queda parte del verano
en los dedos.
A veces te dibujo en agua de mar
y después me zambullo para diluir
el recuerdo.

(Ya te tragó el bosque un mes de junio
y las autoridades pensaron que era
otro incendio).

El tiempo va perdiendo su caracter binario:
sin ti,
contigo.

Se me ha anulado a medias
la voluntad del sentimiento.

Mi orgasmo envenena aguijones
de escorpión y lucha a muerte
contra el olvido y el deseo.

sábado, 21 de octubre de 2017

La vagabunda y el dólar



Ni tan siquiera miraste.
Pasaste de largo
ante mi abrigo dos tallas mayor,
desgastado,
con manchurrones en los bolsillos,
y mi cara empequeñecida
en la solapa,
como un níspero pálido.

Echaste mano de tu cartera
y tiraste hacia atrás
un dólar arrugado.

Así son los días contigo.
Le mendigo al futuro sola.
Tengo la hucha hasta arriba
de tus billetes sudados.
Creo que ya me dan para comprar la libertad.

Voy a contarlos.

viernes, 20 de octubre de 2017

Dieta hipocalórica



Pensaba que la dulzura
no era untable
hasta que abrí tus muslos
y se me llenaron los labios de ti.
Entonces me enfadé con Dios.
"¿Por qué me has tenido engañado
tanto tiempo?
Yo no quería libre albedrío.
Sólo queria su voz de azúcar
gritándome,
revoloteándome,
como pluma que se desprende de una nube".

Ahora que te he probado
la realidad es una mentira ocre.
Y a ver qué dieta hipocalórica
me prescribe mi médico
la próxima vez que vaya a consulta.

Pozo de luz



Allí se mece el viento, sin piedad, lejos, moviendo otras vidas. Aquí se detiene el mundo, con todos sus vicios, inabarcable, bajo mi pisada pequeña. No sé librarme de tanta quietud. Hoy vuelvo a soñar con el movimiento. Y subo a la cima del espacio por los escalones del deseo. Uno a uno. Con tu boca transformando la idea de mi cintura. Todo se origina en la curva. El bien. El mal. Y el término medio de tu cuerpo donde aspiro deshacerme - partículas de rosas, pétalos danzando - alrededor de un punto álgido, hasta que los dos caemos en un mismo pozo de luz.

jueves, 19 de octubre de 2017

Quizá el tacto



Abandonamos la materia.
Nuestra nueva esencia migra
dentro de una bandada de pájaros
hacia un lugar no reconocible
por los ojos.

Quizá el tacto
sepa de ese espejismo carnal
donde tú y yo desaparecemos.
El mundo viene detrás
como una rueda imparable.
Pero nosotros seguimos inmersos
en el impulso eléctrico de la flor,
amándonos.
La noche se perfuma.
Y yo no dejo de buscar tu lengua
en todos los escondrijos del infinito.

Quizá el tacto
pueda liberarme de la cárcel
de esta búsqueda
y mi imaginación descanse por fin
de la visión infatigable de tu boca.

Certeza expresa




No conozco mayor descanso
que tu cabeza apoyada en mi vientre, 
casi oyéndonos los sueños
y tu certeza expresa 
de seguir trasnochando 
para adiestrar la voluntad
de mi cuerpo.

Algún día



Algún día caeré en tu espacio,
me harás de algodón,
no tendré nostalgia
de mi era de cristal,
me besarás,
el mar no podrá negar la unión,
volaré debajo del agua
con las gotas de tu hambre
metiéndose en mi ombligo.

Algún día
serás mi águila culebrera.
Combatiremos
hasta perder del todo
nuestra esencia humana.

Hazlo tú



Se me irradia el deseo
como un viaje desbocado,
no controlo tu nombre
por todo mi cuerpo
pidiendo alterar el orden.
Hazlo tú,
ordéname los sentidos
con la boca.
Lleva el olfato a mis muslos
y la vista, a mi espalda.
El movimiento sabrá hacer el resto.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Llamada perdida


Fuí a la peluquería
a ponerme el pelo rojo
a juego con el volumen de mis labios;
ni muy largo ni muy corto,
- como a ti te gusta -
para que los lunares de mis hombros
estén a un solo paso de tu lengua.

Llegué a casa
y ví una llamada perdida.
Enseguida reconocí tu prefijo:
959.
(Casi un millar de cosas por hacer
que nunca hicimos).

No devolví la llamada.
Es más fácil la vida
si sigues estando en todos mis sueños.

Gnóthi seautón




Sube a vendimiar conmigo las rosas de la noche,
nos cubrirá la fragancia ajardinada de la luz.
Será como llevar un espejo al final del cielo
y reflejar el horizonte delante de tus labios,
pronunciar la plegaria de la espera
y sucumbir a la presión del beso.

<Todo llega, incluso tu boca.
Y la red de caricias
que reduce la expansión del vacío.>

Apuntala la vida alrededor de mi cintura
con la arquitectura piramidal del fuego.
Profundiza.
Conócete a ti mismo, dentro de mí.

lunes, 16 de octubre de 2017

Imaginas



Imaginas otra batalla floral en mis caderas, arrimando tus posesiones carnales a mis ojos. Me susurras en la palma de la mano: "más vale lo perverso conocido... Ahora vuelve a la cama." Tu aliento me recorre los dedos y me impulsa hacia la madurez del movimiento. Llego a tientas a tus labios. Si te beso despacio, ¿prometes no olvidarme? Estoy cuadrando el agua con el fuego en este mundo cambiante. Toma esta gota que arde debajo de mis pechos.  Y cuéntame qué sientes cuando mi piel se tensa y respiro elevada por encima de nuestros cuerpos. Descubre el final de mi columna y vierte la promesa que necesito. He de creerte palpando la herida reciente del deseo. Mañana vendré a buscarte. Aún no sé la hora. "No importa, mi boca te espera sentada en el porche, mirando desaparecer las estrellas una a una." 

domingo, 15 de octubre de 2017

Incompleta


Como una ola que no sabe romper del todo;
así me siento, cuando me abandonas
al llegar la madrugada.

sábado, 14 de octubre de 2017

Mirarnos


Mirarnos,
aparcando las prisas en un volcán,
sólo presencia ardiente

- la pausa en los labios,
lágrima detenida en el párpado -

y tu mano en mi muñeca
contando la vida de los pétalos.

Todo fluye


Todo fluye desde la intuición
hacia tu cuerpo
sin más intermediación
que el movimiento
y un calor prendido en el hallazgo.

En el instante previo al roce
mi Ser es agua temblando
y una luz de fuego se arraiga
en la ofrenda de mis manos.

No cesa la corriente
tras la liberación de la caricia.
Permanezco en ti,
besándote,
con el deseo inmóvil
en los labios encarnados.

viernes, 13 de octubre de 2017

Se me nubla la sed



Conmueves mi cuerpo,
extenuando el sentimiento
en la yema de mis dedos:
voy a amarte con el anhelo
del tacto.

Todas las acciones confluyen
en tus labios.
Se me nubla la sed.
Me acerco más,
aunque puedan acusarme
por allanamiento del aire.

Pero tengo miedo.
Quizá mañana no estés.
Y se me queden
todos los besos quietos
en la garganta,
como un árbol lejos del mar,
sin brisa que agite el dolor
de sus ramas.

martes, 10 de octubre de 2017

Lo último que nos une




Lo último que nos une es agua mohosa reduciéndose a una sola gota, otro lugar invisible con un lamento encerrado. Realidad dentro de la realidad y una tristeza lanzada al lago para ver si flota o es piedra que pesa. Yo tuve en las manos el mundo y quise que fuera tuyo. Después llegó la alambrada del lenguaje, la definición humana del dolor, la noche, las margaritas que abandonaban sus estrellas, volando juntas hacia el borde del precipicio que separa el sol del tiempo. Y el tiempo del mar. Hay tantos horizontes para olvidarnos...Y yo estoy anclada en la nube de siempre. No tiene luz, pero tampoco sombras azules. Sigo perdida en el recuerdo de tus ojos, para salvarme de mí misma y de este veloz universo expansivo.

"Madre!"





El sol se está desintegrando.
El cambio climático no sólo afecta
a mi corazón que late
como una voz helada 
en el fondo de un vaso de plástico.

¿Perdurarán las hojas caídas
cuando llegue la primavera?
¿Vendrán las nubes cargadas 
de plumas o de piedras?

El cielo es el último sueño del vacío. 
Todo rueda hacia el mismo lugar 
como una ofrenda que se hace la vida a sí misma 
(oda a la creación que termina).

Ahora que te vas de las noches
como lo hiciste de los días,
tengo un pájaro clavado en la nuca:
es la anunciación de la muerte
que no le concede otra prórroga
a mi sonrisa.

En Saturno



En Saturno llueve.
Caen millones de gotas rojas
sobre los anillos
como un jardín de amapolas
en órbita:
es la manera que tiene
de florecer el espacio extraterrestre.

En otro planeta,
y pienso en tus labios.
Lejos o cerca, tu boca entretiene
mis dedos, el recuerdo, la esperanza.

Voy a emigrar a otro sistema solar;
quizá allí aprenda a olvidarte.

domingo, 8 de octubre de 2017

Camaleónica




Camaleónica, 
me vuelvo del color de tu piel 
cuando siento tu dolor dentro de mí, diciéndome 
"voy a seguir, 
hasta que el placer nos separe".

sábado, 7 de octubre de 2017

Perros abandonados




Venías en la noche
con las preguntas a buen recaudo
manteniendo correctamente el equilibrio de las cosas.
Impermeables al mundo y a los hechos.
Así éramos,
el primer gemido liberado
de un abrazo,
despedidas secas,
voces que desaparecían al despertarnos.

Me costó entenderlo más de un insomnio.
Sólo sexo deshumanizado.
Como perros abandonados en un callejón
sin salida.

Ella



No hay nada,
un bosque ardiendo
en la primera línea del horizonte,
un desierto de piedra
huyendo hacia la playa,
otro pronombre en tu voz:
"ella",
resonando en mi cabeza
como un eco de la destrucción.

No hay nada.
Quizá un beso en el cuello
hablándome 
por última vez de Sitges.

El olor de tu saliva



Aún conservo en los labios

el olor de tu saliva.

Me ahogo,

detengo la velocidad de la luz

y vuelvo a respirar.


Llegará la vendimia:

mis pasos sobre tus huellas,

las flores en su baile circular

alrededor de un único anhelo:

tu cuerpo desnudo.


Atravesaré túneles de rosas

hasta llegar a tu boca

y ser piel mojada que no piensa,

sólo vida latiendo

en el roce de tu lengua.

viernes, 6 de octubre de 2017

Hasta que vengas


Tienes mi luz en tus dedos
como un diamante
que brota del deseo.
Brilla el aire.
Se acerca el mar
mientras se aleja el tiempo.
Todo mi pensamiento
se va yendo hacia tus labios
en esta búsqueda desesperada del beso.
Si no voy a vivir en tu abrazo,
dime qué agonía lenta
le espera a mi cuerpo.

Ordeno las gotas de lluvia
para componer tu nombre
en mitad del espacio
y encontrar sentido
a otras expresiones de humedad.

Tanto vacío
sin tus manos
en mi movimiento...

Octubre es complice del estado
hipnótico que alcanza mi cintura
cuando escucho tu voz
y se me abre el sol para recibir
tu carne.

Y sólo me queda llorar apoyada
en mi propio suspiro
hasta que vengas a pronunciarme
en la nuca
todas las palabras que ya sabes.

martes, 3 de octubre de 2017

Submarino





Necesito sumergirme contigo en nuestro antiguo submarino, lejos de cualquier expresión de realidad. Y desearte en la zona oscura del mundo, donde sólo llegan las rosas acuáticas. ¿Buscamos juntos la esencia del agua? Tu boca respirándome casi dentro... ¡Creo que estoy enamorada! O me he vuelto pájaro y soy adicta a tus alas, al fuego de la noche recién empezada, a tu caricia en el cuello, a tu olor debajo de mis uñas, a la muerte de las nubes una a una sobre mi espalda. Bésame. Están a punto de extinguirse las sombras. Lanzo reiteradamente mi cuerpo contra tu pecho. Y me llega toda tu luz de golpe para perfumar mi alma.

lunes, 2 de octubre de 2017

A bocajarro




He consagrado mi vida a tu recuerdo.

Triste, miro cómo caen palomas gigantes

sobre el río ¿o son balas que atraviesan

el agua, a cámara lenta, con el sonido de tu nombre?.


No sé si algún día

volveré a ser la misma que danzaba

alrededor de tus carcajadas,

con ese pequeño dolor de la finitud

en el costado.


Me siguen temblando los dedos

y no puedo desprenderme de tu caricia.

El suave grito de tu existencia

está impregnándome el cuerpo

del olor de tu sangre.


Te quiero como más duele: a bocajarro.