viernes, 6 de octubre de 2017

Hasta que vengas


Tienes mi luz en tus dedos
como un diamante
que brota del deseo.
Brilla el aire.
Se acerca el mar
mientras se aleja el tiempo.
Todo mi pensamiento
se va yendo hacia tus labios
en esta búsqueda desesperada del beso.
Si no voy a vivir en tu abrazo,
dime qué agonía lenta
le espera a mi cuerpo.

Ordeno las gotas de lluvia
para componer tu nombre
en mitad del espacio
y encontrar sentido
a otras expresiones de humedad.

Tanto vacío
sin tus manos
en mi movimiento...

Octubre es complice del estado
hipnótico que alcanza mi cintura
cuando escucho tu voz
y se me abre el sol para recibir
tu carne.

Y sólo me queda llorar apoyada
en mi propio suspiro
hasta que vengas a pronunciarme
en la nuca
todas las palabras que ya sabes.

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