martes, 10 de octubre de 2017

"Madre!"





El sol se está desintegrando.
El cambio climático no sólo afecta
a mi corazón que late
como una voz helada 
en el fondo de un vaso de plástico.

¿Perdurarán las hojas caídas
cuando llegue la primavera?
¿Vendrán las nubes cargadas 
de plumas o de piedras?

El cielo es el último sueño del vacío. 
Todo rueda hacia el mismo lugar 
como una ofrenda que se hace la vida a sí misma 
(oda a la creación que termina).

Ahora que te vas de las noches
como lo hiciste de los días,
tengo un pájaro clavado en la nuca:
es la anunciación de la muerte
que no le concede otra prórroga
a mi sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario