jueves, 19 de octubre de 2017

Quizá el tacto



Abandonamos la materia.
Nuestra nueva esencia migra
dentro de una bandada de pájaros
hacia un lugar no reconocible
por los ojos.

Quizá el tacto
sepa de ese espejismo carnal
donde tú y yo desaparecemos.
El mundo viene detrás
como una rueda imparable.
Pero nosotros seguimos inmersos
en el impulso eléctrico de la flor,
amándonos.
La noche se perfuma.
Y yo no dejo de buscar tu lengua
en todos los escondrijos del infinito.

Quizá el tacto
pueda liberarme de la cárcel
de esta búsqueda
y mi imaginación descanse por fin
de la visión infatigable de tu boca.

2 comentarios:

  1. Extraordinario poema que, como todos los tuyos,se va intensificando a medida que avanza. Es un ejemplo perfecto de clímax ascendente; un ejemplo que, en este caso concreto,presenta el esquema de la anáfora: desde el título y en el medio, marcando las pausas y dicha gradación. Por cierto, lo sensual vuelve a acaparar toda la pieza.

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  2. Todo ha surgido de una palabra: materia. Gracias Pedro!

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