mis dedos
para que sepan
escalarte
incluso sin aire
y rodeen
cada cumbre
sin buscar sombra,
con el sol en la nuca
también se ama,
y se gana,
todo en ti
es susceptible
de beso,
la sonrisa se me
fija
en el costado
como parte de esta
existencia
compartida, abstracta
y acerco mis labios
al climáx
reflejado en tus ojos.
Me encantan los gemidos
con vistas
al mar o al miedo.
Tu pupila dilatata
me cobija.
Sé que vas a resguardarme
de tanta luz.
Al final no ha llovido.
Y nosotros sin salir
de casa,
contemplándonos
los cuerpos
como si fuéramos agua desnuda,
chocando
contra la vida ajena
de los cristales.
© Laura Villanueva Guerrero
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