jueves, 7 de diciembre de 2017

Mitad muerte, mitad hembra


En esta fiebre de la condena
sigo apostada en ti,
mitad muerte, mitad hembra,
con el tacto y olfato rotos.
Te alcanza el grito de
mi abrazo eléctrico.
La naturaleza me nombró fuego.
Nací llama en el pantano.
Pero me llevé agua en los dedos
como anillos
que ahora ofrezco a tu lengua.
A veces somos un nudo
de todos los elementos
y se agota la paciencia
de tanta piel desnuda
a la intemperie del beso.
Sujétame las rodillas
en este amarnos de nuevo
como alzadas manos
que echan abajo muros de luz
en la entrada del cielo.

© Laura Villanueva Guerrero

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