este milagro de agua
me lleva
a imaginar círculos
de nubes blancas
encima del cielo.
¿Jugamos a unir
flores y estrellas?
Si me acaricias
de nuevo,
no sé dónde
ocultaré el mundo
de mi suspiro,
puedo llevármelo
a alguna playa
y hundirlo en el mar.
No, quizá salpique tanto
que se trague la Tierra.
Ay, no hables, susurra,
que tu voz
me eleva y quiero
seguir a tu lado,
cerca de tu última
huella.
Se nos acaba el tiempo
antes de empezar
el día, muérdeme
el hombro derecho,
deja bien marcado
el lugar de regreso.
Pasaré mi mejilla
por tu recuerdo.
Tomo aire,
el que queda justo
alrededor
de tu sonrisa.
Tu felicidad ya va
en mi aliento.
Cuánto me cuesta
despedirme,
he perdido la cuenta
de los besos.
Anda, vete tú,
que yo no sé
ni quiero.
Y dime qué vas
a volver
para calmar
la desesperación
de este anhelo.
¿Me abrazas
otra vez?
Ya sabes cómo
venero
el sol de tu pecho.
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