Sin ti, se van sublevando mis dedos,
soy anfibio en un huracán de enebros,
el aroma me abre la boca y sueño
con círculos concéntricos
de tu saliva sobre mi cuerpo.
Subo al mirador crecido
desde el que contemplo el universo
y siento tu gemido de luz macho
como cría de estrella en movimiento.
Lloro la lágrima sin tiempo,
el lago templado que gotea
desde la pureza del sentimiento.
Y huyo al interior de un átomo
para prohibirme un nuevo regreso.
Voy a perderme en ti
como si no existiesen los recuerdos.
Se detiene la distancia
cuando cubres mi necesidad de amar
con todo tu aliento.
© Laura Villanueva Guerrero
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