martes, 5 de junio de 2018

La desnudez dormida


Me deslumbra la ausencia de luz,
el recuerdo de tu cuerpo resurge
en esta suave penumbra del deseo.
Cierro los ojos y sigo viéndote,
en mi sangre,
como un fantasma de trueno
que pasea sus cadenas
por primaveras y tormentas.

Sueño de puntillas
para que no se me despierte
la consciencia. No sé
qué ocurriría si dejo de olvidarte.

Llevo demasiadas marcas
en las mejillas
por el fuego cruzado
entre mis lágrimas y
el infinito.

Voy a crear un espacio
protegido que salve mis manos
de todas las caricias.

Y si vuelves, levántame la piel
como el velo de una novia
y bésame dentro de la herida.

Renunciaré al olvido. Alcanzarás
mi desnudez dormida. Nos rodeará
un canto nocturno de semillas.
Sentiremos en los dedos
el suave aliento de las hormigas.
Seremos uno
en el abrazo rojo de los labios.

Ya no te marcharás. Cómo
deshacer lo indivisible.


© Laura Villanueva Guerrero
Arte: Juan Antonio Torrijo Latorre

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