Sigo el rastro de tu ternura
en mi proceso de recuperación
de la forma. En tu beso hallo
el primer átomo y vuelo desde los dedos
para asumir la dimensión del espacio.
¿Qué luz me falta cuando abro los ojos
y te sueño a escondidas? Mi boca te perteneció
antes de la herida y ahora que soy silencio
físico obligada por el miedo, me hundo
en la simbología de lo que fuimos: animal
de dos corazones. Siempre nos sobraron latidos.
© Laura Villanueva Guerrero
Arte: Dario Puggioni
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