miércoles, 30 de enero de 2019
La historia de la lluvia
No eras luz,
quizá una fuerte
penumbra roja
deslumbrándome
el cerebro,
la palabra interna.
Aparecías a tu modo,
con zancadas de sol.
Detenías la historia
de la lluvia
y mezclabas el destino
de los cuatro elementos:
la tierra de espaldas al aire,
el fuego debajo del agua
respirando la humedad
sumergida. La superposición
de los entes, tus brazos
en mis piernas, realzando
figuras nacidas del insomnio.
No eres luz. Pero dueles
de la misma manera,
abrasando la superficie
de lo consciente.
© Laura Villanueva Guerrero
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