Me adentro en el patio.
El hallazgo del geranio
y su aroma rojo me traen
el desvanecimiento
esperado de la belleza.
Tus ojos se alojan
detrás de la quietud,
con el color intacto
de la profundidad
aprendida. Respiro,
para recuperar
la gravedad
y corro hacia ti
como en aquellas noches
de ciudades vacías.
Te abrazo con el beso
escondido en las manos.
© Laura Villanueva Guerrero
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