Cuando la luz en tu espalda era
el único propósito de mi aliento
y pronunciábamos todos
los nombres de la brisa
y dudábamos de los estados
de la luna y nos mirábamos
como si estuviéramos suspendidos
en el espacio
y jugábamos a ser ofrenda primitiva,
reloj de sueños.
Cuando éramos tan solo “tú y yo”
en el territorio sagrado del presente.
© Laura Villanueva Guerrero
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