Vienes a calmar
la furia del color,
tanto remolino de
algas. Mi vida
sabe desembocar
en tus labios, ser
afluente exiliado.
Después del beso,
el cielo de ciruelos
anochecerá desde el
aroma. Seremos el
estallido de la luz que
se convierte en árbol.
© Laura Villanueva Guerrero
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