domingo, 2 de diciembre de 2018

Reverencia


Me inclino
ante tu cuerpo
con mi reverencia
existencial.
Hoy no me cuestiono
el ser del mundo,
tan sólo te amo
de pies a cabeza,
verticalmente,
con la lengua
adiestrada
por serpientes
concubinas.
Subo
y me detengo
en tu afán
de exhibir la sangre
a través
del músculo.
No siento frío,
me atraviesas
el daño
hasta desintegrarlo,
me queda el bálsamo
entre las piernas
para una dispensación
suave,
a tu ritmo,
no hay prisa ya,
nos tendremos
dentro de la brújula,
no habrá pérdida
posible, tu boca
siempre a mano
como corona
deseada de reina
nube.
Se acaba la tarde,
oscurece alrededor
de mis senos,
así acaricias el
crepúsculo, en
mi vocación de cambio
e infinito. Me das
la última versión
de tu saliva,
sin los harapos
brillantes
del placer inmediato.

Te mantienes
en el Lugar.

Son para ti
todas mis hadas
y dragones.

© Laura Villanueva Guerrero

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