sábado, 17 de diciembre de 2016

Aeropuertos


Sonreír al tacto y sentir palomas
volando entre ojos que no se miran,
pero se oyen.

¿En qué lugar aterrizan los aviones
que transportan tu beso
dividido en mil clases de azul?


¿Pueden los dedales de hierba cálida
albergar caricias
y desmontar el caos que trae
la incertidumbre del final de la tarde?


El cielo vuela en dirección contraria
a mi alma, lucha de contrarios:
mi deseo y la distancia.

Elijo esa nube para vender mis heridas
de ave solitaria.

[Yo emigré a tu boca
y perdí mi aliento
en tu palabra.

Ya no me queda
fuego en el aire,
ni paz en las plantas.]





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