viernes, 21 de octubre de 2016

Fauvismo



Llego y te abrazo desde atrás para sentir en mi mano el latido de tu pecho. Acaricio tu espalda con mi mejilla. Nos separa un átomo de brisa. Nos acerca un anhelo de movimiento. Me pregunto si tu aliento es azul (mar vaporizado en contacto con tu lengua), si llevas en la boca la amapola nacida en la ladera de un volcán. Sueño en un segundo la eternidad entera, a tu lado, en el nido de fuego donde surgen los besos y el tiempo es una leyenda. Te giras. Me besas. Siento la explosión húmeda de todos los colores de la naturaleza y el vuelo del sol rojo dentro de mi algodonado cristal de Murano haciéndose vidriera.

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