jueves, 6 de octubre de 2016

No te vayas




No te vayas,
que quiero quedarme
mil vidas en tu aliento
y respirar el plomo de rosas
tranquilo de tu pecho.

Y soñar que soy madreselva
uniendo las estrellas
para encender la verbena inmediata de tu cuerpo.

Y remar en el infinito rojo
hasta reconocer tus labios 
de imantado fuego.

Concédeme un siglo ficticio
de dos segundos mirando tus ojos,
deshacer las rocas del sol 
entre mis dedos 
para templar pétalos en tu espalda,
en tus hombros.

Y volver al mar que me espera
cada tarde dentro de tu grito.
Y darte la carnal luna invisible
que va muriendo en los rincones de tu abrazo.

No. No te vayas. Y si lo haces,
déjame reencarnarme en el oxígeno de tu sombra,
para seguir respirándote.

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