sábado, 17 de febrero de 2018

Insomnio


Mis dedos no hallan consuelo
en la caricia,
quieren ir más allá de ti,
como si estuvieras escondido
en un recuerdo hermético.
Se nos cierra la vida
justo delante,
dejando al descubierto
la deuda de los sueños.
Necesito abrazarte
esta noche,
son las 5 y media
y se me ha parado 
la saliva
de tanto deseo.
Ya no respiro
salvo al mirarte;
sólo en ese momento
las cosas vuelven 
a su sitio.

Ordéname los sentidos
con el beso.
Mi cuerpo se ha ovillado
según la medida 
de tu boca abierta.
Me gusta sentir cada
mordedura 
en los brazos
o en el vientre.
Después regreso a lo cotidiano
con tus marcas 
de amor visible
y veo el cielo de color magenta.

Reviso la hora del 
despertador
y bebo un poco de agua.
Creo que ya soy mayor
para tanto insomnio.

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