viernes, 4 de noviembre de 2016

Salvaje y roja


La luz, salvaje y roja, está llena de tu lengua.

Liberas mi fuego, mi vuelo enjaulado en el aire. El sol ya juega en el centro de masas de mi cuerpo, para que ardas si me tocas. Si me piensas, renace en mi ombligo un ala de mariposa prehistórica y tiemblan mil estrellas redondas.

Se enredan flores azules alrededor de mis muñecas ¿o es el cielo posándose en las corolas vírgenes de todas mis células? Siento tu respiración.

[Proyecto en ti todas las cualidades del Hombre y eres dios subiendo a la montaña para negarse a sí mismo]. La vida es el estallido de un jardín naciente.

El sonido líquido del mar se balancea en el movimiento de mis caderas. Mi íntimo suspiro contenido se extiende contigo hasta ser volcán o meteorito.

Mis manos acarician tu espalda. Quiero abrazarte antes de emigrar al infinito. Hay pájaros fugaces encendiendo la noche de la galaxia. ¿Ves morir a Saturno detrás de ese átomo empequeñecido?

Bésame, amor mío (la distancia es tan irreal como la eternidad que sentimos). Roza mis labios con la voz única de tu alma y déjame llorar una gota de tu aliento entre mis innumerables lágrimas.

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