Ha salido un último sol en mi pecho, con olor amarillo a verano derretido. Mis lágrimas han derribado antiguas imágenes del caos y una percepción esclava del movimiento ordenado revienta en silencio la paz arrinconada de la existencia. Hay mar después del amor, incluso vida. Pero yo quiero seguir clavada, como un suicidio a tiempo, en la mitad realzada de tu cuerpo.
jueves, 4 de mayo de 2017
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