lunes, 22 de enero de 2018

Con el sur desnudo


Esta tarde
la dulzura de tu voz
me desviste
y ando
con el sur desnudo
esperando
el tejido de tu vuelo,
tus dedos jugando
a averiguar
si existimos
en este nivel de realidad
o en algún ático acristalado
con vistas al aire-fuego.

Resurge el ahora,
me llega el agua
a los tobillos
y siento la danza,
el beso horizontal,
el tiempo detenido,
tu nombre en todos
los letreros de la SE-30,
mi búsqueda obsesiva
de la rosa en el mar,
el pulso habitado
por la hormiga roja,
la muerte empequeñecida
por tanta luz,
cualquier imagen cobrando
color en tu pupila.
Y tu voz, resistiendo,
debajo de mi piel,
como un verbo sin
conjugar.



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