Sin darnos cuenta
se alinean
nuestros cuerpos
y nos amamos en este ahora
que nos duele tan adentro,
con todos los gusanos a punto
de ser mariposas.
En medio de la transformación
te abrazo
y vas sintiendo el aroma a hierba
de mis alas.
Voy a besarte, pero no dejes nunca
que abandone mi ilusión de nube,
sólo ábreme para extraer la lluvia
con dedos o alma.
Después le pondremos nombre
a lo nuestro.
Quizá el paso del tiempo sepa definirnos.
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