domingo, 25 de marzo de 2018

Pirámide de agua


Acercabas tu pirámide
de agua
a mi ombligo
y buscabas en mi cuerpo
los símbolos de la eternidad,
la flor ocre.
Tu boca jugaba conmigo
a las adivinanzas
y yo me dejaba descubrir
en aquellas noches de sábado.

Había un reloj de sol
en tu pubis, marcando
un tiempo inútil.

La ilusión de mil hormigas rojas
nos devoraba
como si fuéramos
un bosque huérfano.

La luz nos lloraba dentro
hasta que se nos salía
por los ojos.

No podíamos escapar de
la vida. Nos perseguía en
cada beso.











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