sábado, 23 de julio de 2016

La estación de nuestros cuerpos


Se encierra el mundo
en mis oidos,
una plenitud de sonidos
me tambalea.
Juego a volar
mientras trato
de permanecer quieta.
Me nacen alas en los ojos.
Tu mano, tacto de luz,
sigue pensando en mi piel.
Y yo me subo a una estrella
para contemplar el espacio.
Beso el aire
y después te lo lanzo
para que me respires.
Me enredo en tus pies.
Déjame ser origen de tus pasos.
Extraigo el zumo de un astro
y lo llevo a tus labios.
Giro
con todos mis pensamientos
dentro
y me alejo
y te alcanzo.
Suspira una nube en mis muñecas
y te abrazo y te abraza el mar conmigo,
y nos reimos
de los trenes que pasan,
en los que nunca iremos
porque tú y yo nos quedamos
en la irrepetible estación de nuestros cuerpos.

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