Pensaba que me temblaba el cuerpo,
pero era mi existencia entera
lo que temblaba.
Un huracán de Kansas habita
en mis venas;
en mis ojos,
sótanos para no ver más que oscuridad.
Lágrimas de mariposas candentes
me recorren las mejillas.
Anoche tu boca
adivinaba otros labios.
No amanece mar, amanece fango.
Y una luz afilada
que se me clava en el alma
que me hace sangre
que me eleva a un sol de sombras
y allí te nombro
una y otra vez
por si volvieras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Átame a tu aliento y emprende el viaje con mi voz en tu boca gritando palabras desde las nubes que innovan formas pasajeras. Des...
-
Consiénteme los sueños esta noche en que siento el mar tan lejos como tus labios. Y cuéntame esa historia de hadas en las olas inventan...
-
Eres luz, un brillo revoloteando en mi pecho, el cielo cayendo despacio como lluvia de verano, la oportunidad de Amar, el privilegio reno...
No hay comentarios:
Publicar un comentario