"Ed egli al quanto in pena Chiamerà, chiamerà :«Piccina - mogliettina Olezzo di verbena» I nomi che mi dava al suo venire."
Un bel di vedremo (G. Puccini)
Es tan inmenso este dolor debajo
de las uñas, tan elástico,
que llega al centro del sol
y con su oscuridad amarilla
me adormece y me atormenta.
Vuela una mariposa
por encima de aquella nube,
pero es un reflejo más
del dolor,
una mirada cotidiana de espinas.
No vendrá un bello día
a nosotros. No hay naves
atracando en el puerto.
He soñado tanto con tu llegada,
amor, eternidad mía...
He multiplicado las noches
con la insistencia de mis anhelos:
moriré al verte, sentiré el desmayo
de mi alma y de mi cuerpo,
se ruborizarán mis pupilas,
respiraremos la luna
como manjar reservado
para los que aman,
saltarán estrellas y peces
sobre las olas del océano,
brillarán labios en mis manos
y te besaré con caricias,
se marchará el mar por donde había llegado
para que tu barco nunca más navegue,
no te irás de mi lado,
seré la hoja perenne de tu boca,
no habrá otoño que me haga caer.
He pensado tanto en ti,
eternidad, amor mío...
que quedaste atrapado en mi último pensamiento
y eres ya en mi mente,
a la vez, memoria y olvido.
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