martes, 26 de julio de 2016

2016

Es 2016 y aún te invoco
durante las noches
como si fueras
el único espíritu
que mi piel conoce.

Me destapas

y te adueñas del tiempo
desde mi desnudez,

y yo te muestro mis fósiles
para que ordenes mi historia

y me inclino a tus pies
para unir tus huellas a mis labios

y allí me quedo, arrodillada,
bajo la luz de tus ojos

y mi boca se concentra
en la hora de tu carne

y colmas mi lengua
de tus segundos blancos.

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