Tumbada en una estrella para templar mi alma,
arde mi cuerpo en la impaciente espera de tu beso.
Cuento nubes.
Los dedos se me enredan con las lianas del espacio.
A veces salto y llamo al sol por su nombre de pila.
Ese invisible puente roto lleva a tus labios.
Cierro los ojos.
Me lanzo
al vacío
de tu boca.
En la Tierra se oye mi llanto de saliva.
Y mi lengua
sigue contando las nubes...de tu cálida luna roja.
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