Hoy te beso como lámina invertebrada, sin sueños que me separen de ti, te beso con la distancia y los recuerdos encima, en la frontera entre verdad y jardín. Vivo en la reserva de mujeres movedizas, sintiendo el cielo exterior como único punto de partida.
Lengua con lengua, deshacemos montañas de sal, acumulamos voces en el paladar y horizontes curvados en las muñecas. Te rozo con la secuela de infinito de mi vida anterior y tus aromas crecen en mi boca, olor en rama, movimiento ocre hacia mi estómago, temblor de tu carne en el origen de mi alma.
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