Yo estuve en Kilauea
sintiendo tu lava templada
caer sobre mis muslos.
Bañé mis pies
en mar de magma turquesa.
Recordé las cenizas de Pompeya
como necesario origen del deseo.
Todos los signos del fuego
simbolizan tus labios.
Si no te beso
la glaciación de mi pulso
comprime mi médula
y soy un ovillo de frío
persiguiendo
la llama huidiza de tu cuerpo
volcánico.
miércoles, 24 de agosto de 2016
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