Cuando la noche es sólo mar verde, mi satélite redondo circunda con su gemido geométrico las formas existenciales y el olvido de la Tierra.
Sobre ti me destruyo, apocalíptica sirena voladora de luna.
Mi lengua se hace bruma en tu boca, túnel corto que lleva a la rosa negra, a la fragilidad del Hombre ante la muerte, Girasol torcido que sucumbe en un invernadero inexorable de relojes.
La obligatoriedad de las acciones entreabre mi mandíbula. Te sueño con los labios hasta que eres realidad vertida.
[Voz de sol, líquida hoja caduca, extremos de susurro blanco]
Ahora que soy tuya de nuevo - ¿alguna vez he dejado de serlo? - dime, amor, si has venido del futuro para advertirme de los errores o eres pasado de un planeta inventado en mis ojos, para verte en la noche, cuando el mar es casi verde...
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