viernes, 23 de septiembre de 2016

El mar y el envés de mi sexo


¿Es el sonido de las olas 
o es la voz de mi alma 
soñando con tu boca?

Siento en mi piel
la agonía de la distancia química.
Aparta esa galaxia y abrázame,
que tengo miedo de la vida.

Si tus manos destensan
mis enredaderas rígidas
y me haces libre,
seré galgo sobre ti
en pausada carrera
y el cielo de agua,
un puente que nos cubra.

No quiero aire,
yo unto el sol
en tu cuerpo
con los labios,
rotación y arritmia
de la intrínseca levedad húmeda.

Somos luz
en la danza.
El rojo mar
sube a nuestras bocas.
Te muestro los besos guardados.
Tu horizonte crece
dentro de mí
como un crepúsculo sediento.
Viene la profundidad 
con todas sus algas
buscando el envés de mi sexo.
Y me llevo, victoriosa,
tu herencia blanca
prendida en el aliento.

Suspiro
contigo al lado.

Miramos juntos
caer la tarde y llegar
el irremediable invierno.



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