jueves, 14 de diciembre de 2017

Algodón ovalado


El viento desordena 
nuestras manos 
con caricias caídas 
de árboles fríos,
casi nieve o danza. 

Te mueves en mi boca. 
Paseas por mi plegaria: 
madrugada, 
prisión, 
nube, 
huída. 

¡Qué algodón ovalado, 
qué voz ensanchada!

Pruebo el sabor de tus células, 
la vida que crece 
en húmeda estancia. 

Respiro tu fuego. 
Soy cría de dragón 
cuando reposas 
en mi lengua. 
Y me enrosco en tu pecho 
para ver llegar 
un nuevo planeta 
de medusas rojas, 
algún mar de piedras blandas, 
un desierto trepando 
por montañas de agua. 

Bésame y acaba 
con esta agonía sísmica 
que siempre me atrapa.

© Laura Villanueva Guerrero

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