jueves, 7 de diciembre de 2017
Se entornan mis piernas
Tu madera llega suave entre lirios,
firme en su afán
de elevarme por encima de mi sueño.
Corre,
esquivemos esa sombra que empuña
una noche larga
casi red de frío
o antorcha ahogada.
Ay, te veo, luz entre montañas,
venir hasta mi extremo,
asirte a mi movimiento
con la boca
y te llevas de mí
la primera gota
de mi lágrima.
En tu saliva van brotando
águilas.
Se entornan mis piernas
para aprisionarte el vuelo.
Me rindo en tu espalda.
Comparto el cansancio
de los astros:
no es fácil acabar con la oscuridad
de un solo soplo.
© Laura Villanueva Guerrero
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