domingo, 31 de diciembre de 2017

Arrojados a la oscuridad




Arrojados a la oscuridad,
nos devoramos
con la única luz
de los olores.
Por esta vez,
déjame ser enredadera
arrimada a tu latido
como un percebe
que juega
en la costa.
Se clareará el mar,
la vida.
Y yo te seguiré queriendo
con el aroma a beso
en los ojos.

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