en el pensamiento
circular
de mi sexo:
tu torso desnudo
frente al espejo,
iluminado
por tus propios ojos.
Me deslumbra
mi visión de ti
acercándote,
como una promesa
del tiempo.
Y con los ojos casi
cerrados
extiendo mi lengua
sobre tu imán
enarbolado.
Nos invadimos
una y otra vez.
Llena mi carne,
seduces
la luz
y el aire.
Ahora todo me recuerda
a ti,
irremediablemente.
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