sábado, 2 de diciembre de 2017

Trance




Tu voz en mi hombro diciendo
que vas a morder sin piedad
hasta que mi cuerpo se confunda
con las ondas del sonido
y desaparezca de esta dimensión.
Sabemos que el tiempo es relativo,
así que decidimos aislar la cualidad de noche
que tiene cada hora
y sumirnos en este deterioro carnal de la vida
que sólo pueda acabar en flor.

[El balanceo de la luz debajo de una pequeña sombra,
un mar vertical con el que sueñan mis manos,
el muro de agua que me une a ti,
- siempre escalo hasta obtener la salpicadura -
la relajación de tus labios
sin mediar palabra con mi piel,
este silencio del espacio
dejándose caer sobre nosotros
como un tercer elemento del deseo].

Te he buscado debajo de las nubes
hasta encontrar tu tacto
de dios niño,
jugando en mi cuerpo
como si no existieran otros jardines.

Me muestras la primavera atemporal,
el polen puro
de tu cuerpo
entrando en mí,
y así te recibo
como un cielo despejado
boca abajo
con todas las ganas pulsando
en mi boca
hasta que grito
que esta vez no voy a morir
porque quiero volver
a sentir tus dedos
señalándome al alma
desde dentro.

© Laura Villanueva Guerrero

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