Cuando ya no esté contigo y las flores de mis tobillos pertenezcan a otro enjambre,
cuando aprenda a esconder el beso detrás de mi boca y el sol caiga directo en una gran ola elástica,
cuando tu voz lleve más arena a los desiertos y la rotación de mi latido no busque tu alma,
cuando ya no hablemos de amor bajo la luna vacía y el viento mueva a su pesar, las nubes de mármol.
Cuando yo misma sea piel de piedra respirando... No vengas a reanimar la luz perdida de mis labios. Quiero estar sola entre las caracolas vivas de algún océano.
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