Sueño con mi nombre en tu voz. Todo paraíso te lleva. ¡Cuánto dolor cabe en esta larga distancia! Vienes y vas como un estado de luna blanca. Pienso en ti debajo del agua, sin aire. Eres luz que atraviesa fantasías y realidades. Dime si vendrás esta noche con tus relámpagos de fuego. El parpadeo del mundo está invadiendo el centro de mi cuerpo.
Necesito trazar en tu espalda el camino a casa. Y que nos pronuncie el viento con la quietud de las ramas.
(Abrazos. Música. Danza).
Quiero el lado oscuro de tu caricia hasta gritar con el alma, ser curva que te alcance en la extensión de mi deseo contenido.
Y acabar con mi soledad de flor helada.
Deja libre este suspiro mío, que busca calor al final de la galaxia.
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