es un estado de mi mente,
la visión continua de mis manos abiertas,
un punto amarillo, carnal y perverso
en el fondo de mis ojos.
A veces se calman los tejados,
se liberan los susurros sometidos
al canto diurno de la luna
y la forma de tu cuerpo
aparece en todos los espejos
mi alma entera se curva
para recibir tu eclipse
y mi suspiro devónico
nos traslada al exilio azul de los anfibios
cuando buscaban tierra seca.
Precioso, Laura. Me gusta mucho el ritmo, magníficas imágenes evocadoras y el contenido lleno de vida y sensualidad. Besos
ResponderEliminar¿Sincronizados? Acabo de recibir El azar de los días. Promete ser una noche perfecta de (tu) poesía y manta. Besos y gracias por el bonito comentario.
EliminarMira otro comentario. Es que me había marchado a hablar por teléfono
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